Quizás ahora te comprenda. Quizás ahora empiezo a comprender que nunca has sido esa gran amenaza que se quedó con lo que más quería. Quizás ahora me alegre de que cuides a mi gran tesoro. Hace tiempo empecé a notar que no te odiaba; quizás nunca te odié. Quizás la rabia me cegaba completamente y no me dejaba ver más allá de mis narices.
Ahora te veo como alguien normal, e incluso parecida a mí. Parecida a mí porque en el fondo no hiciste otra cosa que luchar por lo que querías; aunque también he de reconocer que aun te envidio por lo que te llevaste. Nunca supe mucho de tí, ni tú de mí; pero en el fondo sabía calarte, te estudiaba y llegué a conocer algo de tu personalidad. Ahora he borrado todo lo que un dia pensé de ti, aunque perdóname si te digo que aun te envidio, al fin y al cabo tienes algo que adoro y que nunca será mío. Solo queda disculparme, a mí misma quizás, por haberte guardado rencor alguna vez por culpa de la estúpida envidia. Aun así, mientras escribo esto, no puedo evitar preguntarme si alguna vez tendré suerte en el amor; si alguna vez podré tener al lado alguien a quien yo quiera realmente.
edurne felices fiestas.y pasatelo bien.que el tiempo pasa muy rapido, para entretenerte pensando en lo que podia haber sido.tranquila que ya aparecera cuando menos te lo esperes,y lo querras tanto como al que no pudo ser.muchas felicidades,,,,
ResponEliminaMe ha encantado este texto, me he sentido súper identificada porque a mí me pasa lo mismo. Me ha hecho pensar de otra manera...
ResponEliminaGracias (:
Feliz año, por cierto!