Sóc conscient que sense la gent que em llegeix aquest bloc no tindria massa sentit, és per això que he decidit apropar-me una mica més a tots els que, de tant en tant, feu una ullada a les meves reflexions. Així doncs, deixo a la vostra disposició la direcció de correu electrònic del bloc: edurnezermoduz@hotmail.es, per si algú de vosaltres vol enviar-me qualsevol queixa, inquietud, aportació, opinió, etc. MOLTES GRÀCIES!

diumenge, 31 de maig del 2009

Hasta donde me lleve la lluvia...

Adoro tumbarme en la cama y oír como llueve. Adoro escuchar el sonido de la lluvia cuando cae sobre mi tejado. Adoro ver como las gotas de agua resbalan por el cristal de mi ventana, jugando entre ellas, enlazándose una con otra para llegar más rápido al travesaño de esa ventana que les verá morir. Y es entonces cuando me separo del mundo. Es entonces cuando mi mente se llena de imágenes que llevan la primavera a mi corazón enteramente invernal. Y el sonido de la lluvia me lleva a mundos ajenos. Mundos en los que él es mucho más que un recuerdo, una imagen o palabras difíciles de escribir. En ese mundo a parte yo controlo el tiempo. Lo acelero. Lo ralentizo. Lo paro.
Desgraciadamente siempre llega el momento en el que para de llover y regreso al mundo de siempre. Abro los ojos y las gotas ya han desaparecido de mi ventana. Todas han muerto nada más llegar al travesaño; a su travesaño. Y entonces, medio dormida y con medio cuerpo en el otro mundo, me doy cuenta que soy distinta a esas gotas de agua. Me doy cuenta que aunque todas persigamos algo, ellas corren para alcanzar rápido su destino; mientras que yo deseo que el tiempo vaya despacio para estar, el mayor tiempo posible, al lado de lo que nunca tendré.

dissabte, 30 de maig del 2009

Entreabierta, curva, cóncava...

No me preguntes porque la admiro tanto. No me preguntes porque es uno de mis lugares preferidos. No me preguntes porque a pesar de odiar la playa y todo lo que ella conlleva amo tanto a mi playa de la Concha. No me lo preguntes sino quieres oír una respuesta estúpida.
La playa de la Concha es para mi mucho más que una playa, mucho más que un lugar donde ir a pasar el día. Me gusta visitarla en invierno, porque en ese momento no hay centenares de personas buscando el mejor lugar para tomar el sol. Me gusta su tranquilidad. Me gusta su arena. Me gusta su agua, que a pesar de ser salada es la más dulce de todo el mundo. Y a pesar de todo esto aún me pregunto porque es tan especial para mí. Aún no sé porque cada vez que voy a Donostia no puedo evitar hacerle una visita y tocar su barandilla. Aún no sé porque con solo ver su imagen me emociono. ¿Pero sabes una cosa? En realidad no quiero saber porque me gusta. Aún no. Quizás un dia cualquiera, la próxima vez que la visite, sin previo aviso veré en ella eso que hace que me guste tanto. Eso que hace que me sienta mejor cuando la tengo delante. Eso que me hace sentir una donostiarra más. Eso que me recuerda que soy catalana y vasca a la vez. Eso que me pegó a ella la primera vez que se dibujó en mis pupilas.
Aunque pensándolo bien, puede ser que la respuesta al porque me gusta tanto esté en este texto. O simplemente puede ser que este porque no tenga respuesta, como a veces pasa. En cualquier caso la playa de la Concha es otra de mis joyas; esa joya que está lejos y cerca de la vez. Porque, a veces, la distancia solo existe si nosotros lo permitimos.

divendres, 29 de maig del 2009

Carta de una lunática...

Querida Luna,

Esta noche te escribo para pedirte un gran favor. Sé que lo que voy a pedirte no es tarea fácil, pero aun así quiero que lo intentes. Sé que podrás, tu tienes esa magia que todo lo puede.
Tú sabes que aquí en la tierra tengo un gran tesoro. Lo sabes porque muchas noches te he hablado de él. Solo quiero que con tu magia puedas protegerle todas las noches de su vida. Creo que ha llegado el momento de agradecerle de algún modo todo lo que ha hecho por mí, aunque ni él mismo lo sepa. Pero bueno, la cuestión es que tengo que darle las gracias por muchas cosas, por ejemplo por el simple hecho de amarle. Sin darse cuenta ha hecho de mí una persona más fuerte, más confiada y con más fuerza para salir adelante. Ha sido, es y será el aliciente para andar con la cabeza bien alta en el camino de la vida. Es por eso que quiero que desde lo más alto le envíes un soplo de amor y alegría para que pueda ser feliz todos los días. Quiero que inventes los sueños más bonitos y se los entregues a él, solo a él. Quiero que le recuerdes cada noche que en este mundo hay muchas personas que le quieren y que nunca le van a olvidar. Quiero que nunca te olvides de darle un beso de buenas noches, a parte de todos los que ya pueda recibir. Y sobretodo, quiero que nunca le dejes solo; no permitas que pase una sola noche de su vida solo.
Me gustaría que aprovecharas la ocasión para darle un millón de besos. Que no se pierda ninguno por el camino.
Y dicho todo esto solo me queda darte las gracias por prestar atención, una vez más, a mis deseos.


Edurne

dimarts, 26 de maig del 2009

Un mal día lo tiene cualquiera...

Ya se esconde el sol. Ya ha terminado su jornada y dice a gritos que esta cansado. Y mientras él se va escondiendo yo voy escribiendo algo para desconectar un poco, porque si no lo hago me va a estallar la cabeza. Hoy ha sido un día francamente horrible. No por nada en especial, lo curioso es esto, que aunque no ha pasado nada malo ha sido uno de los peores días. A todo esto se añade las muchas preguntas sin respuesta relacionadas con el tema de las notas. Mañana nos entregan ese sobre tan mono, blanco y con un gran mensaje dentro. Para unos el mensaje será bueno y para otros será malo. Francamente, yo no se lo que quiero. Llevo todo el día diciendo que si tengo que pegarme un trompazo contra la pared más vale que sea ahora y no dentro de dos semanas. Pero bueno, por una vez en la vida haré caso de eso que dicen ser positiva. Sí, hoy estoy un poco tonta. Quizás muy tonta, pero bueno, mañana será otro día y espero que sea un poco mejor. Solo un poco, los cambios bruscos tampoco son buenos para la salud, al menos eso dicen. En fin, que lo que necesito es dormir bien, cosa que por cierto últimamente no hago. No sé si será el calor, eso que llaman pensar o simplemente que no estoy cansada. Aunque creo que la ultima posibilidad la voy a descartar ahora mismo. ¿Lo veis? Ni yo misma me aclaro. ¡Arrghh!
En fin, como creo que ya os he calentado lo suficiente la cabeza me despido. Me voy un rato a sentarme en el jardín, a ver si el aire me aclara un poco las ideas.

dijous, 21 de maig del 2009

No te pares...

Abres el baúl de los recuerdos con la esperanza de encontrar dentro lo que un dia guardaste bajo llave. Lo abres y te das cuenta que ese baúl guarda más cosas de las que tu recordabas. Y empiezas a mirarlo todo. Lo tienes todo muy bien organizado; lo bueno a un lado y lo malo al otro. Ahora que has abierto el baúl piensas que quizás deberías sacar de él todos los recuerdos malos. Pero, ¿Por qué? ¿A caso los recuerdos malos no son también parte de tu vida? Lo son, entonces ¿Por qué eliminarlos? Acabas decidiendo que los recuerdos malos se quedan. Al fin y al cabo tampoco podemos vivir decidiendo lo que queremos que nos pase y lo que no. Porque siempre hay quien no cruza la calle para que no le atropelle un coche, pero del próximo balcón le cae un tiesto en la cabeza. Así que…la cuestión es vivir. Lo importante es andar en el camino de la vida, y ya veremos donde nos lleva. Y dejando de lado los recuerdos malos, te centras solo en los buenos. Claro, esos que te dibujan una sonrisa en la cara. Esos que llenan tus ojos de luz. Esos que te hacen ver que eres más feliz de lo que tú crees. Y abres el primer recuerdo y se dibuja de nuevo esa sonrisa en tu cara. Y te miras al espejo y te sorprendes al ver ese rostro tan feliz. Hace más de veinte años que cada mañana das pena al espejo. Pero por fin te das cuenta que sabes reír. Lo habías olvidado, pero claro, esto de reír es como aprender a andar en bici. Durante tu infancia la bici es tu mejor aliada, pero con los años la vas dejando aparcada. Pero después de muchos años, un domingo por la mañana con nada que hacer, decides quitar el polvo de la bici y recordar viejos tiempos junto a ella. Y es entonces cuando te das cuenta que a pesar de los años tu bici funciona igual que antes y tú no has olvidado como montarte en ella. Sigues abriendo tus buenos recuerdos y cuando has terminado, y ya tienes una sonrisa de oreja a oreja, te paras a pensar y…¡caramba! Puede ser que las personas que dejaste aparcadas hace veinte años aún estén en el sitio de siempre; y lo más importante, puede ser que no se hayan olvidado de ti. Así que, ¿Por qué no cierras otra vez el baúl, tiras la llave al mar, compras otro y empiezas a buscar nuevas experiencias que dentro de unos años sean buenos recuerdos?

dimarts, 19 de maig del 2009

Cuantas palabras fusiladas...

Existen muchos tipos de cartas. Existen las cartas de amor, en las que decimos lo que sentimos hacia otra persona. También existen las cartas que enviamos a los nuestros cuando estamos de vacaciones. Hay también las cartas de despedida, esas que casi siempre nos hacen llorar. Existen también las cartas del Ayuntamiento, en las que no vamos a entrar; no por nada, sino porque no creo que tengan nada de especial.
En fin, hay muchos tipos de cartas. Pero entre todos estos tipos de cartas que he nombrado quiero destacar uno que puede ser, tranquilamente, una mezcla entre las cartas de amor y las cartas de despedida. Hay mujeres que aún guardan en su cajón, como el mayor de los tesoros, las cartas que les enviaron sus maridos durante las sangrientas guerras, que por desgracia, han convivido demasiados años con la humanidad. Hay cajones repletos de cartas con respuesta, pero sin receptor. Cuantas palabras se ha llevado el viento, y sobretodo, el olvido. Cuantas mujeres lloraron la ausencia de su marido. Cuantos niños y niñas esperaban jugando a que llegara su padre de esas largas (pero amargas) vacaciones. Cuantas palabras fusiladas y cuanto amor en simples hojas de papel. Cuantos hombres juraron amor eterno a sus familias con sangre roja y no azul. Muchos, aunque eso ya no importa a casi nadie. Hoy vale mucho más gastar el tiempo mirando basura en la caja tonta. Y ahora que nadie me diga que no tengo razón. Admitámoslo, hoy en dia no nos importa lo que nos haga pensar o recapacitar. O mejor dicho, ya no nos interesa lo verdaderamente importante; solo nos interesa lo que nos dan bien masticado. Pues nada, a comer y que os siente bien.

dilluns, 18 de maig del 2009

Y es que el tiempo pasa y no me acostumbro...y es que te quiero tanto...

Hoy he tenido una sensación muy extraña. Ha sido como si alguien me quitara el corazón con sus propias manos. He notado un pinchazo en mi lado izquierdo y segundos más tarde un revoltijo en mi estomago. No me ha gustado nada en ese momento, y horas después sigue sin gustarme. Ha sido como la sensación que tienes cuando te anuncian que nunca más volverás a ver a un ser querido. Ha sido así, y no me ha gustado. He tomado agua bien fresca, pero no ha servido de nada. Era como si mi interior estuviese hirviendo; el agua ha hervido como el resto de mi cuerpo. Entonces ha llegado ese momento en el que se piensa el porque de esa sensación y aunque sabes el porque no quieres reconocerlo. Y cuando llego a este punto me siento un poco idiota. ¿Idiota? Pues sí, idiota. Idiota porque aún no me hecho a la idea de que las cosas cambian; pero por desgracia solo cambian las cosas que queremos, las que deseamos que toda la vida sean igual. No es que odie el paso del tiempo; el paso del tiempo no me importa. Odio que este paso del tiempo se lleve todo lo que yo quiero y lo aleje aún más de mí. Aunque no lo parezca no soy esa romántica frustrada por un amor imposible, o ese Dante que buscaba desesperadamente a su Beatriz; no, no soy nada de eso, soy simplemente una chica enamorada de algo intocable. Y digo intocable porque ahora mismo es el adjetivo que queda mejor. Pero supongo que lo que hace que me sienta tan mal es el hecho de saber que el momento de decir adiós a todo lo amado y nunca tenido llega ahora. Dentro de poco utilizaré esa palabra que no me gusta nada, aunque aún no se si lo haré en voz alta o en voz baja para que no lo oiga nadie más que yo. Adiós.

dimecres, 6 de maig del 2009

Miedo...

Todos sabemos que es el miedo. Todos lo hemos sentido alguna vez e incluso hemos hablado con él. Por muy fuertes que creamos ser sentimos miedo; nos guste o no. Hay quien tiene miedo a la oscuridad, otros tienen miedo a las arañas o a las abejas, hay quien tiene miedo al agua, al fuego o incluso al tiempo. Hay gente que tiene miedo a las arrugas y llora cuando se mira al espejo y ve que ya han llegado. Otras personas tienen miedo a abrir los ojos, porque si los abren puede ser que contemplen cosas desagradables que en realidad no quieren presenciar.
Hay muchos tipos de miedo y cada uno de ellos puede tener su motivo. Cuando decimos que una cosa nos da miedo, a veces no sabemos decir el porque; solo sabemos que le tenemos miedo y ya esta. Es por eso que en realidad el miedo puede ser un enemigo fácil de destruir; si sabes porque una cosa te da miedo puedes luchar contra ella. Pero si no sabes porque tienes miedo la cosa se complica; puede ser que tengas miedo a las arañas porque una mañana te despertaste con una delante de tus ojos, porque te parecen horribles, porque has visto demasiadas películas en las que las arañas se comen a los humanos o simplemente porque tu mejor amigo/a les tiene fobia. El miedo es un sentimiento muy poderoso, puede llegar incluso a ser más fuerte que el amor. Sí, en el amor el miedo juega malas pasadas. Por mi parte os diré que por muy extraterrestre que pueda llagar a ser también tengo miedo; tengo miedo a muchas cosas. Tengo miedo de perder, de no llegar a la meta marcada, tengo miedo a las arañas, a las abejas (debido a malas experiencias con ellas durante mi infancia…), tengo miedo a los meteoritos, a la mentiras que siempre van bien disfrazadas de verdades, a las personas sin corazón, a los que hablan sin saber lo que dicen. Tengo miedo al perro del vecino, porque cada vez que me ve en bici me persigue hasta que me ve sudar. Tengo miedo a los que no utilizan la cabeza, porque por su culpa puedes perder la tuya. Tengo miedo al tiempo, sí, lo reconozco. Tengo miedo de no verle más, de no oír su voz nunca más. Tengo miedo de gritar y que los demás no me oigan. Me estoy dando cuenta que hay más cosas que me dan miedo de las que yo creía; puede ser que no sea un habitante de Marte que cayó accidentalmente en la tierra. Puede ser que sea como todos, sí, soy como todos. Con pequeñas alteraciones, porque sino la vida seria muy aburrida, pero soy igual que tu. Aunque tu eres distinto a mí, porque no queremos ser iguales que el vecino. Todos buscamos lo que nos hace especial; esa perla que todos llevamos dentro y a veces no lo sabemos. Puede ser incluso que el miedo sea el culpable de que nunca nos lleguemos a conocer al 100%. Puede ser que el miedo sea ese muro de Berlín que no nos deja ver que hay al otro lado.

dilluns, 4 de maig del 2009

No hay nada como estar con la familia...

Este puente de Mayo a sido, sin duda, el mejor de toda mi vida. Primero, porque no acostumbramos a viajar en los puentes y el simple hecho de salir ya es algo; y segundo porque he vuelto a Galicia, dónde cumplí dos añitos, para asistir a la comunión de Adrián y estar con toda mi familia.
Estos días nos hemos reunido en un pueblo de Ourense toda la familia paterna; nosotros los catalanes, los vascos y los gallegos. Ha sido maravilloso. Casi indescriptible. Y sobretodo emotivo.
Cuando llegamos allí todo fueron besos, abrazos y felicidad. Nada más llegar empecé a ojear un álbum dónde me pude ver en algunas fotos. ¡Madre mía! ¿Quién es esta cosita tan pequeña? De hecho aquí tenéis una de esas fotos; mis dos primos de Galicia, Elena y David, junto a una servidora.
Durante todo el viaje el tiempo no nos acompañó, no obstante nada más llegar a nuestro destino las nubes desaparecieron y dieron paso a un señor Sol que no dejaría de calentar durante los cuatro días. Evidentemente no pude evitar hacer fotos y más fotos. No me importaba quién o que fuera mi modelo, la cuestión era hacer fotos para la posteridad. Cada comida era una fiesta y cada fiesta un capitulo más en nuestras vidas.
Estos 4 días han sido fenomenales. Todos juntos hemos recuperado mucho tiempo perdido y hemos reído en cantidades incontables. Tan bien me lo pasé que ayer no tenía ganas de irme. Cuando llegó la hora de decir adiós mis ojos se llenaron de lágrimas y para que no se notase mucho me puse las gafas de sol.
Prometí volver en verano y eso mismo haré. Me da igual que día, que mes y como; pero volveré.

AdéuAgur - Adeus