Sóc conscient que sense la gent que em llegeix aquest bloc no tindria massa sentit, és per això que he decidit apropar-me una mica més a tots els que, de tant en tant, feu una ullada a les meves reflexions. Així doncs, deixo a la vostra disposició la direcció de correu electrònic del bloc: edurnezermoduz@hotmail.es, per si algú de vosaltres vol enviar-me qualsevol queixa, inquietud, aportació, opinió, etc. MOLTES GRÀCIES!

dimecres, 26 d’agost del 2009

¡Bona Festa Major!

26 de Agosto. Hoy empiezan las fiestas de mi pueblo. Con la proclamación de les Pubilles empiezan cinco días de fiesta sin interrupción. Actos para todos los gustos. No existen las edades, todo el mundo tienen derecho a disfrutar de la fiesta. Ahora mismo estoy muy ilusionada. Primero, porque por fin veré a les Pubilles (Marta, Blanca y Carla) y els Hereus (Joel, Eros y Roger) vestidos con sus mejores galas representando a nuestro pueblo, y en especial a la Kinta del 90. Y segundo, porque después Bao-Bap Teatre representamos la obra Els Figurants y me hace mucha ilusión, ya que con esta obra Noj y yo nos estrenamos en Bao-Bap, el grupo local de teatro. Después del teatro toca ir un rato a les Penyes para divertirnos y ver quien gana este año el concurso de decoración. Por lo que he visto, creo que las votaciones estarán un poco reñidas. Y cuando el concurso termine… ¡a dormir! ¿Y sabéis porque? Pues por que mañana una servidora coge un tren y se va a Galicia a pasar unos días con la familia. Sí, precisamente en fiestas. Pero es que ya se han terminado las obligaciones y ahora ya tengo tiempo para todo. Me voy con la intención de pasar unos agradables días al lado de los míos, y para ser sincera no dudo que lo haré. Evidentemente, llevaré conmigo una libreta y un bolígrafo para escribir lo que me plazca, dónde me plazca y cuando me plazca. Vamos, como siempre. El dos de Septiembre seguro que llego con algun post para darle, de nuevo, un poco de vidilla al Blog. Me apetece escribir entre montes, faros, acantilados, gaitas, muñeiras, licor café y, sobretodo, felicidad. Además, diez horas en el tren dan para mucho. En fin, BONA FESTA MAJOR A TOTHOM y, como siempre, muchas gracias por leerme. Agur!

dimarts, 25 d’agost del 2009

Añoro los días de lluvia...

Hay que ver lo que tranquiliza la lluvia. Mirar por la ventana y ver al otro lado una fina cortina de agua. Abrir la ventana y notar el olor a tierra mojada. Sentarse en el sofá. Leer un buen libro. O, simplemente, relajarse y disfrutar de la tranquilidad que ofrece una mañana de lluvia. Siempre me han gustado los días lluviosos. Levantarme y ver el cielo nublado. Para mí, un auténtico placer. Yo no considero que los días de lluvia sean tristes. No. No lo son. Son, a mi modo de ver, días perfectos para el relax, para dedicarme un poco de tiempo a mi sola, para observar, para escuchar, para reflexionar. Ahora mismo añoro los días de lluvia en invierno. Me encantan. Sentir el frío, sentarme delante de la chimenea y notar el calor del fuego. O acostarme en la cama y taparme hasta la cabeza. No escuchar nada más que no sea el sonido de la lluvia. Y, como ya dije en un post anterior, ver como las gotas que resbalan por la ventana se persiguen unas a otras. Unas mueren por el camino, otras consiguen llegar al travesaño y allí se funden y desaparecen. Sí, simples gotas de agua, aún así, para mí pueden llegar a valer mucho más que el mejor tesoro del mundo. Correr bajo la llúvia. Sentir las gotas resbalando por mi cara. Pisar los charcos. Fingir que busco un buen refugio, pero saltarme los portales y seguir corriendo bajo la llúvia. Eso es libertad. Que llegue el frío. Que lleguen las frías, pero calurosas, tardes de domingo. Dudo que cuando eso llegue pida de nuevo el calor. Definitivamente, hay gustos para todos.

dilluns, 24 d’agost del 2009

Querida amiga...

Si hay una cosa que me pone mala es ver sufrir a las personas que quiero. Sí, lo siento, pero eso puede conmigo. Con el tiempo he aprendido a preocuparme solo por las personas que de verdad lo merecen, es decir, las personas importantes para mí. Y cuando veo sufrir a una de esas personas me derrumbo. Me derrumbo en el sentido de que no soporto ver a quien siempre tiene una sonrisa para mí triste. Y no es que no lo soporte porque me moleste, para nada, no lo soporto porque me sabe mal; porque no me gusta. ¿Y sabes una cosa? No quiero verte mal por nada. No quiero que llores a solas; llora en mi hombro que yo te doy todo el permiso del mundo. Utiliza mi jersey como pañuelo, a ti te lo dejo. Pídeme mil clinex, no me importa; además ahora en Caprabo Eroski hacen una oferta. Sí, pagas dos y te llevas uno; o ¿es al revés? Mira, da igual, la cuestión es que te compro los que quieras. Eres demasiado importante para mí como para no prestarte mi ayuda, mis ojos, mis manos, mis piernas, lo que necesites. ¿Quieres saber porque? Pues porque te quiero mucho. Vivimos en el maravilloso mundo de la amistad altruista, no pedimos nada a cambio; ni la una, ni la otra; y precisamente eso es lo que nos hace tan especiales. Con solo una mirada sabemos lo que queremos, y lo que no. En ti he encontrado una cálida isla en este mar inmenso que a veces se enfurece e intenta arrastrarme con sus olas. Tu me has enseñado a no rendirme y, si me permites, ahora quiero ser yo la maestra para enseñarte eso de que lo que no te mata te hace más fuerte. Y te lo enseñaré. Y lo aprenderás. Y no llorarás más a solas. Nunca más. Y gritarás al mundo que eres especial, que vales oro y que quien no lo sepa ver es porque va por la vida con los ojos cerrados. No voy a decirte eso de que no mires al pasado. Pues como ya sabes yo pienso que de vez en cuando se debe mirar atrás; tu debes mirar, pero no para tropezar, sino para saltar alto. Querida amiga, hoy toca sacar fuera todo lo que no debes retener en tu interior. Hoy toca cerrar los ojos y descansar. Acuéstate, duerme, descansa. Mañana puede ser un gran día. Ti voglio bene.

diumenge, 23 d’agost del 2009

Da gusto compartir la vida con grandes personas...

Sábado noche. Las 21:30. Noj, Miryam, Blanca, Marta y yo nos dirigimos a la ya tradicional Penya de Ferro, dispuestas a pasarlo en grande. Entre risas vamos completando el camino que nos llevará a un descampado apartado del pueblo, donde primero vamos a cenar y luego vamos a ver como algunos de los más atrevidos del pueblo se rebosan de barro, de harina e intentan pasar algunas pruebas un poco bestias. Durante la cena ya empieza la fiesta, es lo que pasa cuando nos reunimos con gente estupenda. A veces me asombra que no nos sienten mal las cenas. Dicen que reír mucho mientras se come no es bueno. Pues que nos lo expliquen a nosotras. Después de cenar vamos a buscar un buen sitio para ver el espectáculo, a poder ser delante de las pruebas más pringosas. Este año la Penya de Ferro dura unos 20 minutos; eso si, 20 minutos de infarto viendo como los participantes resbalan en el barro, transportan cangrejos vivos y otras imágenes que merecen ser recordadas. Terminan las pruebas, entregan los premios a los ganadores y empieza la música. Rumba, Pop, Salsa, Ska, Rock, etc., no importa lo que pongan, lo importante es divertirse y bailar sin parar. Y sin pensarlo dos veces nos acercamos al Dj y le pedimos que dedique una canción a la cumpleañera de la noche, Noj. ¡Felicidades para ella también desde aquí! Y a bailar otra vez, a reír, a sacar fotos, a cantar; en definitiva, a disfrutar de la noche. Esta noche del 23 de Agosto ha sido genial, a pesar de las mil y una picaduras de mosquitos que llevo por todo el cuerpo. Pero bueno, ¡las picaduras no importan! Aquí os dejo algunas fotos. Que conste que no salen en ellas todas y cada una de las personas que han hecho de esta noche una velada estupenda. A todos ellos, ¡Gracias!

divendres, 21 d’agost del 2009

El día que te vuelva a ver...

Escribo tres palabras; borro dos. Tengo tres ideas; me quedo solo con una. Esto es lo que me pasa cuando me pongo a escribir sobre ti. Se terminan las metáforas, los trucos para hablar de ti a escondidas. Se termina todo lo que sirve para maquillar tu identidad; para ocultarte ante los ojos de los demás. Se acaban los trucos, pero no las ganas de hablarte, aunque solo sea en un Blog que seguro que nunca leerás. Cada noche, acostada en mi cama, miro las estrellas que me vigilan des del otro lado de la ventana. Las miro con entusiasmo y nostalgia a la vez. Y entonces me doy cuenta de que estas estrellas de Agosto ya no son como las de años atrás. Estas ya no me conducen a ninguna parte. Ya no cuento las noches. ¿Para que? ¿Para que las voy a contar? ¿Para darme cuenta de que cada día va a ser igual? ¿Para ver como la rutina del día a día me ahoga más que nunca? Para eso ya no las cuento. Quizás vuelva a contarlas cuando te vuelva a ver. Cuando un buen día te vea de lejos o de cerca, me da igual, la cuestión será verte. Y entonces me acueste pensando que quizás sea un buen momento para contar de nuevo las noches, para intentar creerme eso de que los golpes de suerte existen. Y no es que mire las cosas con negatividad, es que yo ya me conozco. Estos últimos años me he dado cuenta de que el amor existe y que además es maravilloso, sea o no correspondido. En pocos años he tenido tiempo más que suficiente para hacer auténticas locuras, no por amor, sino por ti. Para tenerte más cerca, para arrancarte una sonrisa, aunque a veces costara lo suyo, para cruzarme en tu camino y fingir que era cosa de la casualidad, para decirte que te quería. Aún te quiero. Siempre dije que con mirarte ya había suficiente, porque en ocasiones no debes esperar más de lo que sabes que no puedes tener, y ahora ese suficiente se ha convertido en un todo. Todo lo que nunca imaginé querer. Esta noche solo me queda decir que lo que antes era rutina ahora se ha convertido en deseo.

dimecres, 19 d’agost del 2009

¿Por que no me rapas?

Hoy voy a hablar de mi corte de pelo. Sí, así, sin más. Últimamente, no sé porque, casi todo el mundo me pregunta cual es la razón de semejante rapada. ¿Mi respuesta? Pues porque es mucho más cómodo y en verano mucho más fresco. Hay quien me dice que estoy loca. Otros me dicen que es interesante, porque hay pocas mujeres que se atreven a raparse al 3. También hay quien me dice que parezco un chico, pero no me importa. Y por ultimo, hay quien me dice que me favorece mucho, es decir, que me queda bien. Siempre he sido amante del cabello corto, pero nunca me había atrevido a cortármelo tanto. Todo empezó una tarde, estudiando en casa de Blanca para la Selectividad. Estábamos las dos concentradas estudiando los -ismos, cuando de repente se me ocurrió raparme. Cuando se lo dije a Blanca se hecho a reír. ¿Raparme? ¡Loca! ¡Más que loca! Y enseguida pensé que lo primero que haría al llegar a casa sería decirle a mi madre que quería cortarme el pelo, o mejor dicho, raparme. Y así fue. Nada más llegar a casa le dije a mi madre que quería que me pasase la moto. Con lo de pasar la moto me refería a que me cortase el pelo con la maquina de rapar. No os penséis que quería que me recorriese la cabeza con una Kawasaki. Mi madre me miró extrañada. Me preguntó si lo decía en serio y por que quería hacerlo. Me limité a contestarle que simplemente quería probarlo; que quería ver como me quedaba. A la mañana siguiente me levanté pronto y me miré al espejo. Contemplé mi cabello corto, miré el pote de gomina como quien se quiere despedir, y finalmente miré la maquina de rapar, el arma del crimen. Cuando, minutos después, volví a mirarme al espejo me quedé exhausta. Solo me faltaba un número en medio de la cara para parecer una bola de billar. Estuve un buen rato mirando la chica que se reflejaba en el espejo. No parecía yo, parecía la doble de la teniente O’neil. Me duché y al terminar me pase cuatro o cinco veces la toalla por la cabeza, para secarme el pelo. Aún no me había dado cuenta que con una simple pasada ya había más que suficiente. Me pasé la mano por la cabeza. Que sensación tan…tan…tan extraña. Pero me gustaba. Sí. Mi nuevo look me convencía. Y jubilé el pote de gomina con la mirada. Lo mejor fue cuando llegué al instituto. Los ojos de la gente hablaban por si solos. Al principio no sabía que pensar, pero después entré en razón: A ver Edurne, ¿tú no querías raparte? ¡Pues no te escondas! Que te da un toque personal que no se consigue ni con un tinte de Llongueras. Así que nada de esconderse. Y eso hice. Al fin y al cabo era un simple corte de pelo. Un poco bestia, pero un corte de pelo. Y ¿que más puedo decir? Pues que creo que pasará un poco de tiempo antes de que me deje crecer el cabello. En serio, demasiada comodidad para dejarla escapar. Esto es algo que debe hacerse alguna vez en la vida. Al menos para probarlo, para no resignarse y decir: ¿Yo? Pero si rapada parecería la bola de Rapel. En fin, si alguna chica esta leyendo este post ya sabe que hacer.

dimarts, 18 d’agost del 2009

Noche estrellada...

Hoy no hay nada que decir. Nada que decir, pero mucho que contar. Hoy a sido un día normal. Ni muy soso, ni muy movido. Acabo de llegar de teatro y estoy totalmente desvelada. Dentro de poco me acostaré y continuaré leyendo Perdona si te llamo amor, de Federico Moccia. Me gusta. No soy muy fan de las novelas de amor, pero esta me ha llegado. Será porque me siento un poco identificada con la protagonista, Niki. Hace unos días que no leo, es que entre pitos y flautas me acuesto tarde y no tengo ganas de leer. Pero hoy continuaré con el libro. Dejando de lado este tema, reafirmo que estoy desvelada. Ahora mismo, en mi reproductor de música suena el tema Hago saber, de Rosana. Sí, me gusta. No es que me sienta muy identificada con lo que dice en esta canción, pero me gusta el ritmo. Y sí, soy pesadita con esto de sentirme identificada, pero es que me encanta escuchar canciones en las que me vea reflejada. Canciones, básicamente, de amor. Sí, al contrario de los libros me gustan las canciones de amor. Pero las buenas. Es decir, las que tienen una letra y una música como Dios manda. O, mejor dicho, como el compositor manda. De los libros ya no digo nada, me gustan las novelas históricas, así que es un poco más complicado verme reflejada en ellas. En fin, ahora estoy muy a gusto en mi habitación. Silencio en la calle, que solo se ve interrumpido por los ladridos de un perro; aire entrando por la ventana y yo escribiendo un post en mi Blog, intentando contar algo. Porque, como ya os he dicho al principio, hay mucho que contar. Por ejemplo, os puedo contar que me duele el pie izquierdo. Y ¿sabéis por que? Pues porque las menorquinas nuevas me han hecho roza dura. Vamos, que me van a joder unos cuantos días. Y disculparme por la expresión, pero es que a una servidora también le gusta meter tacos en sus posts, de vez en cuando. Es como más natural. Más de tú a tú. Como si ya nos conociéramos de toda la vida. Y eso me gusta. Bueno, me parece que me voy a leer un rato. Os dejo un pequeño regalito, la Noche estrellada, de Van Gogh. No sé por que, pero esta noche me recuerda a dicho cuadro. Por cierto, espero que el título del cuadro sea este, que a mi me lo parece, pero como tampoco soy una experta en arte... De todas formas, modestia a parte, algún día lo seré. Querer, a veces, es poder. En fin, buenas noches y hasta pronto.

PD: Al parecer, tampoco había tanto que contar.


dilluns, 17 d’agost del 2009

¿Que sería de mí sin mi mala leche?

Como muy bien me acaba de decir una gran amiga, todo no se puede tener. Es una verdad como una catedral, pero aún así me he puesto como una fiera. Me he puesto a escribir este texto sabiendo que por mis venas ahora mismo no corre sangre, sino veneno. Sí, estoy de mala leche. Y punto. Así que, seguramente, esta post dejará mucho que desear. Pero esto, ahora mismo, no me importa mucho. Lo importante es dejar parte de la energía negativa en forma de letras, palabras y… ¡que sé yo!. Lo peor de todo es que cuando nos enfadamos empezamos a decir todo lo que nos sale por la boca y que, además, no se ha filtrado por el cerebro. Así que, cuando ya nos hemos quedado a gusto, empieza la fase de arrepentimiento. Por partida doble. Primero porque te arrepientes de lo que has dicho o hecho, y segundo porque no puedes evitar pensar que si hubieses hecho las cosas antes todo habría sido diferente. Pero, al fin y al cabo, lo hecho, hecho está. Y ahora estaréis pensando: ¡Que conformista esta muchacha! Pues no. Pero es que sino intento pensar más o menos así, el día puede acabar mal. Y tampoco quiero esto. Sé que escribiendo este post tampoco voy a soltar todo el veneno, pero al menos lo comparto un poco.

En fin, me parece que me voy a tomar una ducha bien fría, me vestiré y me iré a casa de Noj. Por supuesto, totalmente tranquila. Pero…¡que rabia!

dimarts, 11 d’agost del 2009

Carlos Santana, un autèntico maestro...

Carlos Santana. Para unos, un virtuoso de la guitarra; para otros, uno de los grandes guitarristas de la historia, aunque no el mejor. Yo coincido con los primeros. Para mí, Santana es el rey; sin despreciar a otros como el gran Jimmy Hendrix o Eric Clapton, por ejemplo. Carlos Santana ha marcado mi infancia; incluso mi vida hasta el día de hoy. Su canción Europa me conquistó. Nada más escuchar las primeras notas me di cuenta de que quien ponía los dedos sobre las cuerdas de esa guitarra, quien acariciaba el mástil con toda la fuerza y la elegancia del mundo, era un maestro. Yo crecí tocando la guitarra al aire, montando conciertos en la habitación con los peluches como público, soñando que un día tendría entre mis manos una guitarra eléctrica para poder seguir los pasos del maestro. Y a los 16 años llegó esa guitarra eléctrica. Preciosa. Para mí, la mejor. Y entonces ya no tocaba la guitarra al aire, sino que paseaba mis dedos por al mástil, rasgaba las cuerdas con mi púa, imitando a Santana. Subía el volumen del reproductor cuando sonaba Europa y empezaba a moverme eufórica, sin tocar absolutamente nada, pero sintiendo la magia de la música por mis venas. Y llegaron los primeros intentos de tocar la canción. Y me esforzaba. Y logré llegar hasta un poco menos de la mitad, pero llegué. No sonaba como la Europa que yo escuchaba día si y día también, pero me sentía satisfecha. Siempre que escucho Europa me acuerdo de mi infancia, y entonces me doy cuenta de lo importante que puede llegar a ser la música en tu vida. Hay dos canciones que han marcado mi vida, la primera, como os acabo de explicar, es Europa; la segunda, Ain’t no muntain high enough, de Marvin Gay y Tammi Terrell. Respecto a la segunda ya os explicaré otro día porqué ha marcado mi vida, porqué es uno de esos temas que no pueden faltar en mi reproductor Mp3. Aquí os dejo un pedacito más de mi vida, momentos que me han convertido en la chica que algunos conocen hoy en día.

diumenge, 9 d’agost del 2009

Tormenta de verano...

Nubes que galopan por el cielo, como fieras desatadas que buscan una presa fácil de despedazar. Viento que se enfurece en cuestión de segundos. Agua que empieza acariciando el suelo y termina arrastrando todo lo que encuentra a su paso. Y yo, dentro de casa, mirando los rayos a lo lejos; escuchando como se acercan los truenos que retumban en mis oídos. Y los minutos pasan. Y los rayos cada vez más cerca. Y los truenos ya llaman a la puerta. Empieza a llover. Las gotas parecen pequeños misiles. Ruido. Mucho ruido. Viento. Rayos. Truenos. ¿Miedo? No. De momento no. Y el agua cae con más rabia. Y más. Y más. Y más. Y el viento dobla los árboles. Y se va la luz. Y vuelve. Y se va. Y vuelve. Y se va y ya no vuelve. A oscuras buscamos una linterna. Una cerilla. Un mechero. Una vela. Si, una vela. Y ya tenemos luz. Nos vemos las caras gracias a la luz de las velas. Pero no, no es una escena romántica. Parece más bien una escena de una película de terror. Toda la familia dentro de casa. Unos asustados, otros entusiasmados. Pero todos juntos. Y, en realidad, con eso ya basta. Y el viento sopla más fuerte. No se ve nada. Las cortinas de agua no dejan ver lo que hay a escasos metros. Con cada rayo se hace de dia. Se ven las gotas que bajan sin piedad, con destino fijo. El viento no perdona. Se lo lleva todo. Hasta las ideas, creo yo. Y de repente un trueno que parece que indica el fin del mundo. Los ojos como platos. Y, sin saber como, me veo encima del sofá. Pero sigo creyendo que no tengo miedo. Y no, no lo tengo. Son, simplemente, los impulsos del propio cuerpo. Para que darle más vueltas. Y como si el último trueno hubiese sido la traca final, los rayos ya se observan a lo lejos. Los truenos a penas se oyen. El viento ya casi no sopla. El agua parece que pide perdón por su comportamiento, mientras acaricia todo lo que toca. Y vuelve la luz. Y todos nos miramos. Y todos recuperamos nuestra cara de siempre. Y decimos que ya pasó. Y nos calmamos. Y salimos al jardín y lo vemos todo lleno de agua. Respiramos el olor a tierra mojada. Notamos el aire fresco en nuestra piel y nos parece un regalo. Me voy a la cama. Cierro los ojos. Pienso. Pienso que tendrán las tormentas para que, de vez en cuando, me guste presenciar alguna.

divendres, 7 d’agost del 2009

En el jardín de los recuerdos...

En el jardín de los recuerdos hay plantada una flor. No es la más alta, ni la más bella. Es, simplemente, la más especial. Apareció hace años en mi jardín y desde el primer momento le dediqué casi todo mi tiempo. Ahora, años después de su aparición, la he trasplantado en el jardín de los recuerdos. Aún así, está plantada en la zona de los recuerdos que nunca se olvidan. Esa flor, mi flor, está en medio de todos esos recuerdos a los cuales recurro a veces para sonreír, para abrir, de nuevo, la puerta a momentos o a personas que han formado parte de mi vida o, simplemente, para entenderme un poco más. Me encantaría poder tener, aún, esa flor plantada en mi jardín, pero la vida consiste en ir dejando atrás capítulos de una gran novela; en dejar atrás lo mejor y buscar lo inigualable. No estoy segura de si existe lo inigualable, pero si de una cosa estoy segura es que visitaré muy a menudo el jardín de los recuerdos para contemplar de cerca esa flor. Para ver como cambia, como crece; pero nunca como muere.

dimecres, 5 d’agost del 2009

Para mi abuela...

Dulce, hermosa, interesante, cariñosa, besucona, amable… Se me ocurren miles de adjetivos para describir a mi abuela y la gran mayoría son buenos. La gran mayoría por no decir todos. A veces, cuando la miro, imagino esa mujer joven y hermosa que no tubo la vida fácil pero lucho hasta el final para salir adelante. Otras veces, veo en ella una anciana que lleva dentro muchos recuerdos y mucho amor para todos los que la queremos. Y aunque estas dos mujeres estén separadas por la absurda edad, las dos son mi abuela; las dos son la mujer a la que tanto debo. La admiro, por muchas cosas. La admiro por su fuerza, por su salud y por su sabiduría. No puedo estar un solo dia sin achucharla, sin besarla, sin abrazarla, sin hacerle mil monerías hasta que ella se cansa y pone esa cara que tanto me gusta. Esa cara de: Mi niña, te estoy muy agradecida. Me encanta que me mimes. Pero déjame tranquilita un rato. Me encanta entrar en su habitación y ver como lee. Me encanta sentarme junto a ella en el jardín. Me encanta cuando siempre tiene algún remedio para casi todo. En definitiva, me encanta toda ella.

Esta tarde he estado un buen rato observándola; mirando como se paseaba por el huerto y ponía en su cesta la verdura lista para coger. Sé que el campo le da vida. A veces me dice que le recuerdo a ella. Ojalá. Quién si que me recuerda e ella es mi madre. Son dos gotas de agua. Físicamente no tanto, pero por dentro son prácticamente la misma mujer. Y yo me siento orgullosa.