En el jardín de los recuerdos hay plantada una flor. No es la más alta, ni la más bella. Es, simplemente, la más especial. Apareció hace años en mi jardín y desde el primer momento le dediqué casi todo mi tiempo. Ahora, años después de su aparición, la he trasplantado en el jardín de los recuerdos. Aún así, está plantada en la zona de los recuerdos que nunca se olvidan. Esa flor, mi flor, está en medio de todos esos recuerdos a los cuales recurro a veces para sonreír, para abrir, de nuevo, la puerta a momentos o a personas que han formado parte de mi vida o, simplemente, para entenderme un poco más. Me encantaría poder tener, aún, esa flor plantada en mi jardín, pero la vida consiste en ir dejando atrás capítulos de una gran novela; en dejar atrás lo mejor y buscar lo inigualable. No estoy segura de si existe lo inigualable, pero si de una cosa estoy segura es que visitaré muy a menudo el jardín de los recuerdos para contemplar de cerca esa flor. Para ver como cambia, como crece; pero nunca como muere.
Sóc conscient que sense la gent que em llegeix aquest bloc no tindria massa sentit, és per això que he decidit apropar-me una mica més a tots els que, de tant en tant, feu una ullada a les meves reflexions. Així doncs, deixo a la vostra disposició la direcció de correu electrònic del bloc: edurnezermoduz@hotmail.es, per si algú de vosaltres vol enviar-me qualsevol queixa, inquietud, aportació, opinió, etc. MOLTES GRÀCIES!
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que guay....pero que triste a la vez pensar que hay cosas que a su tiempo son toda nuestra vida y con el paso del tiempo solo se reducen a un recuerdo.
ResponEliminaEsa flor nunca se marchita, sólo pierde algunos pétalos que vuelven a florecer con la luz del día...
ResponEliminaBesos Edurne