Entre dos... flores

Había una vez una mariposa que se encontraba entre dos flores. De todas las flores que habitaban los jardines que ella visitaba esas dos eran las mejores. Una, porque tenia los pétalos más bonitos que jamás había visto y la otra, porque desprendía una deliciosa fragancia. En un principio era fiel a una sola flor, pero una mañana, mientras revoloteaba por un hermoso jardín no puedo evitar acercarse a la flor que con los días sería, junto con la otra, la mejor del mundo entero. Al principio parecía fácil; podia dividir su tiempo y su corazón con las dos, pero con el tiempo la cosa empezó a complicarse. La pobre mariposa pensava e intentaba comprender porque demonios algo en su interior estaba empezando a cambiar. La primera flor lo tenia todo, entonces ¿Por qué fijarse en otra? De hecho, las dos flores eran prácticamente iguales, pequeños matices las diferenciaban, pero a ella le aportaban más o menos lo mismo. Incluso pensava que la fusión de las dos flores daría paso a la flor perfecta. El caso era que la última flor que había aparecido en su vida cada dia era mejor, más perfecta, más dulce, más irresistible. Y aunque no entendía como los sentimientos podia cambiar tan rápidamente sabia que cuando ella empezaba a sentir algo era porque en realidad algo en su interior estaba cambiando. Porque esa flor le gustaba de verdad y no era un simple capricho. Ella sabía que el verdadero problema era que la segunda flor no había desbancado a la primera y que la expresión esa de que un clavo saca otro clavo no era del todo cierta. Ese era el verdadero problema; el hecho de notar que su corazón se dividía, poco a poco, en dos.