Ruido de motores. Ruido de gente hablando en la calle. Ruidos que entorpecían el agradable sonido de la noche. Y entre tanto ruido, paz. Por fin estaba tumbado en la cama. Por fin había llegado la hora; la hora de tener tiempo para él solo, la hora de descansar y poder dormir en paz. Como casi siempre, antes de dormirse, invertía un buen puñado de minutos pensando en lo que últimamente más le torturaba. Y de repente, esa tortura se iba moldeando hasta que tomaba forma de placer, porque, en realidad, pensar en ella era sinónimo de felicidad, de éxtasis, de pasión. Ella, esa mujer que le traía por el camino de la amargura, con esa sonrisa inocente, esos ojos perfectos para perderse en ellos, ese carácter que le había impresionado desde el primer día. Ella, la que siempre tenía una sonrisa para regalarle, aunque solo fuese en la distancia. Ella, esa musa condenada a ser siempre solo eso, su musa y nada más. Cuantas noches había ensayado decenas de conversaciones que jamás llevaría a cabo. Nunca se cansaba de hablarle, aunque en el fondo sabía que ante ojos ajenos actuaba como un loco. Pero nada de todo eso le importaba, quizás los otros nunca tendrían el placer de amar como él lo hacía. Y como si nada, tanta paz y tanto placer le obligaban a sumergirse en un reconfortante sueño. En ese instante, su musa se convertía en su amante.
Sóc conscient que sense la gent que em llegeix aquest bloc no tindria massa sentit, és per això que he decidit apropar-me una mica més a tots els que, de tant en tant, feu una ullada a les meves reflexions. Així doncs, deixo a la vostra disposició la direcció de correu electrònic del bloc: edurnezermoduz@hotmail.es, per si algú de vosaltres vol enviar-me qualsevol queixa, inquietud, aportació, opinió, etc. MOLTES GRÀCIES!
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Buen escrito Edu,los sueños sueños son pero bonitos siempre y cuando te duermas con placer.
ResponEliminaQue tengas un buen fin de semana.
Abrazos
Leonor