Ja sé que és estiu, però aquesta tampoc és excusa per trobar la part positiva a aquesta calor sufocant que em fot de mala llet. Alguna tarda vaig a la piscina de la urbanització on viu la meva amiga Alba, però tampoc cal abusar de la bondat de les persones, i aquesta tarda he decidit quedar-me a casa patint calor. Dóna, hi ha aire condicionat... Sí, és clar que hi ha aires condicionats, però l’aire condicionat a mi em serviria si estigués escarxofada mirant la televisió o fent la migdiada, però resulta que a mi m’agradaria estar a fora, al jardí, on fa una calor que crec que alimenta i dóna forces a les mosques, les quals estan més que pudentes. Així que aquí estic, escrivint un text que té poca cosa de literari, però que m’ajuda a treure la mala llet de l’organisme; tot i que en certa manera la pantalla, i el portàtil en si mateix, m’estan donant més calor del compte. Sí és cert que hi ha una altra opció per poder esquivar aquesta calor: anar a les piscines públiques del poble, però sabeu una cosa? Penseu el que vulgueu, però jo passo de pagar 7 euros per entrar a les piscines públiques del meu poble. Els preus son alts pels motius que siguin, però, sincerament, gastar-me 7 euros per dues o tres hores de piscina em fa una mica de mal. I no, no és que sigui una mica rata, és que hi ha preus una mica excessius. Doncs bé, crec que me’n vaig a prendre una dutxa d’aigua ben fresqueta, tot i que quan farà un minut que estaré fora ja estaré una altra vegada fastiguejada de calor. De veritat, no sé que li troben a l’estiu!
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Ya sé que es verano, pero esta tampoco es excusa para encontrar la parte positiva a este calor sufocante que me pone de mala leche. Alguna tarde voy a la piscina de la urbanización donde vive mi amiga Alba, pero tampoco es necesario abusar de la bondad de las personas, y esta tarde he decidido quedarme en casa sufriendo calor. Mujer, hay aire acondicionado… Sí, claro que hay aires acondicionados, pero el aire acondicionado a mi me serviría si estuviese tirada en el sofá mirando la televisión o echando una siesta, pero resulta que a mi me gustaría estar fuera, en el jardín, donde hace un calor que creo que alimenta y da fuerzas a las moscas, las cuales están más que pesadas. Así pues, aquí estoy, escribiendo un texto que tiene poca cosa de literario, pero que me ayuda a sacar toda la mala leche del organismo; no obstante, la pantalla, i el portátil en si mismo, me está dando más calor de la cuenta. Sí es cierto que hay otra opción para poder esquivar este calor: ir a las piscinas publicas del pueblo, ¿pero sabéis una cosa? Pensad lo que queráis, pero yo paso de pagar 7 euros para entrar en las piscinas publicas de mi pueblo. Los precios son altos por los motivos que sean, pero, sinceramente, gastarme 7 euros para estar dos o tres horas en la piscina me hace un poco de daño. Y no, no es que sea un poco rata, es que hay precios un poco excesivos. Pues bien, creo que me voy a tomar una ducha de agua bien fresquita, aunque cuando hará un minuto que estaré fuera estaré otra vez asqueada de calor. De verdad, ¡no se que le encuentran al verano!
Ya sé que es verano, pero esta tampoco es excusa para encontrar la parte positiva a este calor sufocante que me pone de mala leche. Alguna tarde voy a la piscina de la urbanización donde vive mi amiga Alba, pero tampoco es necesario abusar de la bondad de las personas, y esta tarde he decidido quedarme en casa sufriendo calor. Mujer, hay aire acondicionado… Sí, claro que hay aires acondicionados, pero el aire acondicionado a mi me serviría si estuviese tirada en el sofá mirando la televisión o echando una siesta, pero resulta que a mi me gustaría estar fuera, en el jardín, donde hace un calor que creo que alimenta y da fuerzas a las moscas, las cuales están más que pesadas. Así pues, aquí estoy, escribiendo un texto que tiene poca cosa de literario, pero que me ayuda a sacar toda la mala leche del organismo; no obstante, la pantalla, i el portátil en si mismo, me está dando más calor de la cuenta. Sí es cierto que hay otra opción para poder esquivar este calor: ir a las piscinas publicas del pueblo, ¿pero sabéis una cosa? Pensad lo que queráis, pero yo paso de pagar 7 euros para entrar en las piscinas publicas de mi pueblo. Los precios son altos por los motivos que sean, pero, sinceramente, gastarme 7 euros para estar dos o tres horas en la piscina me hace un poco de daño. Y no, no es que sea un poco rata, es que hay precios un poco excesivos. Pues bien, creo que me voy a tomar una ducha de agua bien fresquita, aunque cuando hará un minuto que estaré fuera estaré otra vez asqueada de calor. De verdad, ¡no se que le encuentran al verano!
sisi pordior quina caloooor! si vols venir a la piscina tudei ia sabessssssss!
ResponEliminaJo també. Sort que al Pirineu s'acaba aviat, aquesta comèdia de la suor.
ResponEliminaÉs la primera vagada que et vsisito. Salut!
I m'emporto la citació de la capçalera cap al Diccitionari, un bloc de citacions que comparteixo amb altres blocaires.
http://diccitionari.blogspot.com/
Entrada feta.
ResponEliminahttp://diccitionari.blogspot.com/2010/07/ai-fina-pallidesa-de-lamor-que-no-sap.html