
Se acerca la primavera. El tiempo cambia y el frío del invierno deja paso a las temperaturas dóciles de estos días. La verdad es que, a pesar de que me encante el frío y el invierno, agradezco el sol que últimamente nos acompaña día sí y día también. Los largos o cortos paseos hasta la puerta de la universidad son mas agradables; fuera abrigo, fuera guantes, tan solo una chaqueta y un pañuelo para proteger un poco el cuello. Estos paseos matinales me encantan. Me gusta caminar por la ciudad, mientras la gente corre porque llega tarde al trabajo o porque hoy en día esto de correr ya es nuestro pan de cada día. Me gusta porque hay días en los que andando tranquilamente puede ser que te encuentres con alguien a quien hace tiempo que no ves, y le saludas, y le haces todas las preguntas que toca hacer en estas situaciones, prometes que quedaréis para hacer un café, y aunque esa promesa nunca se cumpla, ese encuentro te alegra el día. Quiero que llegue la primavera, que todo lo alegra, o eso dicen. Quiero que los días sean más largos, que el sol siga suavizando el ambiente y que el paisaje se llene de mil colores, haciendo que abrir los ojos valga la pena. Que lleguen las comidas de domingo al aire libre, las conversaciones bajo el sol, los paseos, que llegue el buen tiempo. En fin, quiero que llegue la primavera y disfrutar de todo lo que traiga, haciendo que aprovecharnos de ella con los nuestros sea la mejor tarea del mundo entero. Nada más, me despido convencida de que hoy será un buen día.
Hola Edurne¡
ResponEliminaayyyy que de tiempo que te he tenido abandonada amiga querida, pero entre el blog y el trabajo he ido siempre de cabeza como tu con tus estudios supongo. Yo tambíen estoy deseando que lleguen esos días en los que el sol ilumine nuestros rostros, llegue el olor a azahar y sentarnos en esasa terrazitas a charlar con los amigos. Como siempre, tan sincera y amena en tus escritos.
Un beso fuerte