La mañana del 27 de Agosto, vigilado por la Seu Vella de Lleida, parte el tren que me llevará a Ourense. Me esperan unas diez horas de viaje, observando el paisaje que a medida que avanzo se vuelve cada vez más verde. No duermo en todo el viaje. Creo que nunca conseguiré dormir en un vehículo en marcha. Llego con retraso a Ourense y mis tíos y a me esperan en la estación. Entre abrazos y besos me doy cuenta de que efectivamente he cumplido la promesa de volver a Galicia. El clima es perfecto. Fresco durante el dia y frío por la noche. Exactamente como me gusta a mí. Durante los seis días que estoy en Galicia tengo tiempo para todo. Tiempo para estar con los míos, para reír, para recordar, para pensar, para recapacitar… Cada minuto está aprovechado al máximo. Pero no todo es sentimentalismo y meditación. En tan solo seis días tengo tiempo de visitar algunos de los rincones más bonitos que rodean la casa, los Milagros, la Festa da Historia de Ribadavia, los acantilados más altos de Europa, situados en la zona de Cariño , San Andrés de Teixido, donde se dice que si no vas de vivo vas de muerto convertido en lagartija, la torre de Hércules, el faro más antiguo del mundo y la imponente catedral de Santiago de Compostela, donde a pesar de no creer en la Iglesia y en nada de lo que ella conlleva caigo rendida ante la majestuosidad de la catedral. Además, también tengo el placer de tomarme un baño nocturno en las termas romanas y de bañarme en las aguas del río Miño. En fin, no hay duda de que he vivido estos días al máximo. Cosa que no hubiese sido posible sin el cariño de los míos, a los cuales quiero muchísimo. Nunca olvidaré este viaje. Ha sido demasiado especial como para guardarlo en un cajón y no sacarlo nunca más. ¡Os quiero mucho!
Mammy, my breakfast please…
Aquí os dejo algunas fotos que merecen ser vistas.
Galicia llevaba tiempo rondándome en la cabeza; ya de muy pequeñuela, viendo las fotos de los libros de "Soci" del cole, con su verde y su gris, me enamoré de esa zona, tan diferente a la que yo estaba acostumbrada a ver.
ResponEliminaLuego, la música, las gaitas, el acento, y ahora, gracias a Internet, tuve la suerte de hacer amigos allá, que me acogieron como si fuera de la familia, y no una, sino dos veces!
Eres una suertuda, ya lo creo.
B7s
Saludos amiga, que guapa sales en las fotos...pasandito por aqui pasa saludarte y darle un vistazo tus recientes entradas....interesante esa aventura....seguire leyendo mas...un besote!!!
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