¡Bienvenida a los 20!

26 de Setiembre. Hoy toca soplar velas. Veinte años atrás, a la 1:20 de la madrugada, una niña muy chiquitina sacaba la cabecita, no sin antes complicar un poco las cosas. Hoy, con veinte años en el bolsillo, no puedo hacer otra cosa que dar las gracias a mis padres y mis abuelos por sacarme adelante. Ya desde muy pequeña destaque por la tranquilidad que evocaba. Apenas lloraba, y me encantaba dejar marchar las horas pasando las paginas de las revistas. Evidentemente no leía, simplemente adoraba el sonido de las hojas de papel. Esta mañana me he mirado en el espejo y he visto reflejada en él la misma chica de ayer. No obstante, no he podido evitar pensar que el tiempo pasa muy deprisa, quizás demasiado. He recordado como fue mi cumpleaños el año pasado. Lo pasé lejos de los míos, porque estaba en un Congreso de Lactancia Materna en Zaragoza, aunque lo recuerdo con cariño. Ese día no paré de contestar llamadas y más llamadas y, inevitablemente, no pude evitar emocionarme al ver que tanta gente pensava en mí. Puede parecer absurdo, pero no lo es. Hoy, un año más tarde, sé que voy a pasar una noche estupenda al lado de algunas de las personas que más quiero. ¿Sabéis una cosa? El mejor regalo de cumpleaños es saber que pasaré un buen rato acompañada de grandes personas. Les quiero mucho, y aunque les puede llegar a parecer una estupidez, les agradezco de todo corazón que pasen este día a mi lado. Entonces, ¿que más puedo pedir? Nada, absolutamente nada. Así pues, esta cumpleañera pone punto y final a este post y se va a prepararlo todo para que esta noche sea digna de recordar.