Sóc conscient que sense la gent que em llegeix aquest bloc no tindria massa sentit, és per això que he decidit apropar-me una mica més a tots els que, de tant en tant, feu una ullada a les meves reflexions. Així doncs, deixo a la vostra disposició la direcció de correu electrònic del bloc: edurnezermoduz@hotmail.es, per si algú de vosaltres vol enviar-me qualsevol queixa, inquietud, aportació, opinió, etc. MOLTES GRÀCIES!

dimarts, 30 de març del 2010

¿Como explicarlo?

Hoy quiero dedicar este post a hablar sobre el hecho de que escriba en castellano y no en català, mi lengua materna. La respuesta es muy sencilla; este blog nació para transmitir un determinado mensaje, el cual llegaría mucho más lejos si lo escribía en castellano. Reconozco que este hecho es muy triste, pero desgraciadamente es así. He continuado escribiendo en castellano porque se que me lee gente que no es de Catalunya, y cambiarles la lengua del blog ahora, un año después de su apertura, me parecía un acto de poca cortesía. Mis razones son estas, y no creo que sea conveniente mezclar mi ideología política con la lengua de este Blog. Quiero a mi tierra, Catalunya, hablo en catalán, mi castigada lengua materna y llevo mi identidad a donde quiera que vaya. Puede que le esté poniendo los cuernos a mi lengua, pero he hablado con ella y me ha confesado que no le importa; pues ella sabe que la quiero mucho más que muchos de los que juran amor eterno a Catalunya y se llenan la boca de independentismo y reivindicación, para luego esconderse cuando hay que dar el paso definitivo. He crecido en un ambiente en el que me han enseñado que querer a tu tierra y todo lo que ella conlleva te hace alguien mejor, alguien orgulloso de pertenecer a un pueblo con cultura, lengua y tradiciones propias. Me importa bien poco lo que piense la gente; me importa un comino que me traten de nacionalista separatista, los principales separatistas son los que tratan a las personas como tal. Creo que me estoy yendo del tema, pero esto tampoco me importa, hoy tengo ganas de escribir sobre esto. Me cabrea tanto que por puro placer, y para hacer aún más patente la gilipollez humana, nos traten de nazis. ¿Qué nazismo practicamos? ¡Que lo argumenten con palabras que tengan fundamento! ¿Porque somos como los nazis? ¿Porque queremos nuestra Historia y nuestra cultura, nuestra lengua y exaltamos nuestra tierra hasta la saciedad? Si es por esto que lo dejan ya, no me valen estas estupideces. Solo quiero que quede bien claro que soy catalana y me siento orgullosa de ello. Soy un cóctel molotov de nacionalismo vasco y catalán, y en verdad estoy orgullosa de ello. Lo digo y no me cansaré de decirlo; formo parte de los que estamos orgullosos de pertenecer a nuestra tierra y de pasear por el mundo una bandera que ondea en nuestros corazones, sin dejar sitio a la que siempre nos imponen por la fuerza. Así pues, estimo Catalunya i estimo el català!

dimecres, 24 de març del 2010

Al final, todo estalló

Todo preparado. La rebeldía estaba servida. La rebeldía y las ganas de saltarse las reglas, que para algo están. Los ojos como platos para captar cada movimiento, cada gesto, cada indicio de provocación, de deseo carnal. Pocas palabras. Demasiado silencio para dos, pero las ganas de compartir ese banqueta tampoco les convencía demasiado. Rock’n’Roll del bueno, un escenario perfecto para un gran asalto, temperaturas altas, fruto de demasiado tiempo reprimiendo el deseo de pertenecerse el uno al otro. Y allí, sin introducción, sin permiso, empezó el baile del deseo, de los sueños que por fin se hacían realidad, de las ganas de comerse el uno al otro. Y en el solo de la guitarra todo subió de nivel. La batería marcaba el ritmo, quizás lento, quizás rápido, pero en los redobles nuestros protagonistas se volvían locos. Demasiadas ganes reprimidas, demasiado deseo censurado que al fin se libraba de las cadenas. Y entre besos, gemidos y envestidas parecía que todo lo que estaba a su alrededor formaba parte del paraíso. De ese paraíso en el que no te expulsaban por comer una manzana demasiado apetitosa como para dejarla morir en el árbol. Y se olvidaron de todo; de sus obligaciones, de sus promesas, de todo lo que en realidad formaba parte de su vida. No hablamos de amor, hablamos de sexo; de una atracción fatal que ha conducido a nuestros protagonistas a lo qué quizás ha sido un gran error. Les ha conducido a un encuentro esporádico, efímero, que les ha hecho felices unos instantes, aunque posiblemente después les cargue de mala conciencia. O quizás no, quizás no les pese la conciencia y, hablando claro, recuerden ese encuentro como el mejor polvo de su vida. Sea como sea, lo hecho, hecho está.

dimarts, 23 de març del 2010

Mi segunda casa, el hospital

Esta tarde, mirando por la ventana, me ha venido a la memoria el año 1998. Durante ese año el Hospital Arnau de Vilanova de Lleida fue mi segunda casa. Allí pasé muchos días; con tan solo 9 años, 20 kilos y viendo que nuestros padres lo hacen todo por nosotros.
Todo empezó con un pequeño bultito en el cuello. ¿Qué será? Ante esta pregunta acudimos al medico del pueblo, el cual me recetó una pomada que no hizo efecto alguno, posiblemente porque detrás de ese bultito había algo que el gran medico no supo ver. Y apareció la fiebre: 37º, 38º, 39º, 40º y a los 42º empecé a tener alucinaciones. Algunas noches me despertaba gritando, atemorizada porque unos monstruos me estaban atacando; unos monstruos que en realidad eran mis padres que no se movían de mi lado. Aquello no era normal; un bultito en el cuello que no me dejaba moverlo y fiebre, mucha fiebre. Una noche, hartos de ver que mi fiebre no bajaba y las instrucciones del medico no daban resultado, mis padres me llevaron a Urgencias. Enseguida empezaron a hacerme pruebas, no se sabía que podía ser, pero no parecía nada bueno. Análisis y otras pruebas que no me gustaban para nada, pero que eran totalmente necesarias para ver que me pasaba y poder curarme. Los días iban pasando, el curso iba avanzando y yo me lo estaba saltando completamente. Cada vez más delgada, más débil, aunque durante el día pasaba las horas con los payasos de la sala de juego. Por la noche, todo era distinto; el cansancio se apoderaba de mi cuerpo y las medicinas me hacían dormir placidamente. Con los días, cultive una bonita amistad con una chica mayor que también estaba enferma; hace tiempo que no se nada de ella, pero me haría ilusión reencontrarla. Volvía a casa en fechas señaladas. Una de estas fechas fue mi comunión. Sí, hice la comunión, aunque siempre he dicho que la hice motivada por la comida del banquete y por la reunión familiar. Mi vestido era blanco, pero muy distinto al de las otras niñas, yo siempre odié los típicos vestidos de comunión que convertían a las niñas en Sisi. Mis padres me preguntaron una y otra vez si quería hacer la comunión, puesto que para ellos que la hiciera no era condición indispensable. Al final la hice, pronuncié el Padre Nuestro y lo olvide completamente. No he seguido con ningún rito religioso. Pero volviendo al tema, después de pruebas y más pruebas descubrieron que tenía la llamada fiebre de Malta o Brucelocis. Con el tratamiento me curé rápido y poco a poco todo volvió a la normalidad. Ahora, después de once años, comprendo que mis padres y mis abuelos lo pasaron muy mal mientras yo estuve enferma. Casi un año de pruebas, hospitales y tristeza que en el fondo nos hizo más fuertes. Gracias a los míos, por estar siempre a mi lado.

dilluns, 22 de març del 2010

"Hace algún tiempo en ese lugar..."

Como ya dijo el gran Antonio Machado: Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar. Y yo, enfocando estos versos a algo que no es otra cosa que mi experiencia amorosa o mi no historia amorosa, no puedo hacer otra cosa que interpretar este todo pasa como algo referido al olvido. Pero, lamentablemente, este olvido no llega. Con el post Desarmada pensé que jamás te dedicaría otro post, ¿para qué hacerlo si perteneces a mi pasado y él ya no debería vivir conmigo? Y digo debería porque en realidad aún se sienta junto a mí, aún me desvela por las noches, aún manipula mis sueños. Y en este olvido, inevitablemente estas tú. Parece cursi, quizás lo sea, quizás a mí me lo parezca, pero hoy necesito decir que esa admiración que un día llevé al límite marcó mi vida, para lo bueno i para lo malo. Y allí estas, en aquel rincón en el que un día intenté dejarte porque pensaba que era un buen momento para expulsarte de mi corazón, pero sobretodo de mi mente. Que ingenua fui al pensar que seria tarea fácil, no sé de donde saqué esa estúpida idea que de momento no ha aportado nada bueno. Bueno, miento, durante unos días pensé que daba resultado, pero todos nos confundimos y ahora veo que en realidad no ha cambiado nada. Te juro que hay días en los que esto puede conmigo, me mata, me ahoga por dentro pero me obliga a sacar una sonrisa, porque en verdad los de afuera no tienen la culpa de que yo siempre elija mal. Y mañana será un nuevo día, empezaré riendo y me acostaré riendo, o al menos eso intentaré, puesto que quiero que sea un día distinto. Sí, distinto, porque hoy he empezado el día riendo, pero está claro que lo terminaré llorando preguntándome una y otra vez porque el amor tiene que ser tan complicado.

dimarts, 16 de març del 2010

Víctimas de la estupidez humana

Ella aún mira las estrellas. Sigue pensando que lejos de la realidad hay un mundo mágico en el que poder estar con su amor, ese amor que le arrebató la estúpida guerra. Ella es una de esas mujeres que aún guardan las cartas de su amado en un cajón, bajo llave, para leerlas en esos momentos en los que necesita tenerle cerca. Y lee sus hazañas, sus promesas, sus intenciones, todo lo que él nunca llegó a hacer. Sus ojos se llenan de lágrimas cuando le recuerda. Le gustaría pensar que aún puede recuperar el tiempo perdido, pero ella sabe de sobra que ese tiempo perdido, o más bien robado, nunca volverá. Tan solo puede aferrarse a las estrellas; esas estrellas que presenciaron su primer beso, su amor y, lamentablemente, la muerte de él. Él se fue una noche estrellada, cuando las tropas enemigas decidieron que coger por sorpresa al enemigo era la mejor forma de salir victoriosas de aquella batalla. Lo que más le duele de aquella noche es que su amor murió solo, agujereado por decenas de balas, agonizando hasta el último aliento. Ella sabia que ir a la guerra era sinónimo de muerte, pero tenia la esperanza de que vería regresar a su marido. Volvería a abrazarle, a regalarle de golpe todos los besos que había guardado para él, solo para él. Pero nunca fue así. Una fría mañana de invierno recibió la peor carta de su vida. Su marido había muerto en el frente, ni siquiera le consolaba el hecho de que había muerto como un héroe. En las guerras no hay héroes, sólo víctimas. Desde entonces, noche tras noche, mira las estrellas; no cree en los milagros, pero sabe que algún día se reunirá de nuevo con su amor. Allí, en las alturas, recuperarán el tiempo que les robaron.

dilluns, 15 de març del 2010

Al calor de la felicidad

Se acerca la primavera. El tiempo cambia y el frío del invierno deja paso a las temperaturas dóciles de estos días. La verdad es que, a pesar de que me encante el frío y el invierno, agradezco el sol que últimamente nos acompaña día sí y día también. Los largos o cortos paseos hasta la puerta de la universidad son mas agradables; fuera abrigo, fuera guantes, tan solo una chaqueta y un pañuelo para proteger un poco el cuello. Estos paseos matinales me encantan. Me gusta caminar por la ciudad, mientras la gente corre porque llega tarde al trabajo o porque hoy en día esto de correr ya es nuestro pan de cada día. Me gusta porque hay días en los que andando tranquilamente puede ser que te encuentres con alguien a quien hace tiempo que no ves, y le saludas, y le haces todas las preguntas que toca hacer en estas situaciones, prometes que quedaréis para hacer un café, y aunque esa promesa nunca se cumpla, ese encuentro te alegra el día. Quiero que llegue la primavera, que todo lo alegra, o eso dicen. Quiero que los días sean más largos, que el sol siga suavizando el ambiente y que el paisaje se llene de mil colores, haciendo que abrir los ojos valga la pena. Que lleguen las comidas de domingo al aire libre, las conversaciones bajo el sol, los paseos, que llegue el buen tiempo. En fin, quiero que llegue la primavera y disfrutar de todo lo que traiga, haciendo que aprovecharnos de ella con los nuestros sea la mejor tarea del mundo entero. Nada más, me despido convencida de que hoy será un buen día.

dissabte, 13 de març del 2010

Insubstituibles

¿Qué sería de mí sin vosotros? Sin vuestras palabras, vuestros consejos, vuestras críticas, vuestros gestos de bondad que me hacen recordar, día tras día, que soy afortunada en la amistad. Me encanta saber que tengo personas a las cuales acudir en mis momentos tristes, o en esos en los que la euforia me invade y necesito expulsar todo lo que me produce esa felicidad incomparable. Pues bien, como ya os he dicho, no sé que sería de mí sin vosotros. Desde que he sido capaz de ello, he escogido tan solo a aquellas personas que de verdad valen la pena, esas personas que me quieren por lo que soy y no por lo que debería ser. Pocas veces me he equivocado, y si lo he hecho no he tenido ningún reparo en cortar de cuajo mi altruismo. Estos días he estado pensado sobre el tema y he llegado a la conclusión de que predominan amistades de dos tipos. Hay quien nunca te fallará porque siempre estará a tu lado y hay quien siempre intentará estar a tu lado pero te fallará en aquellas cosas que aunque parezcan insignificantes son muy importantes para ti. Saber que quieres a personas que están en este segundo grupo a veces duele, pero no vale la pena sufrir por esto, puesto que al fin y al cabo son así y yo no soy nadie para cambiarlas. No se porque demonios me he puesto a escribir sobre este tema; quizás porque estos días he pensado mucho sobre ello, o quizás porque con cada día que pasa me doy cuenta de que estoy conociendo a personas que realmente valen la pena. No lo se, hasta puede ser que sea una combinación de las dos opciones. Sea lo que sea me encanta compartir el tiempo con personas que me llenan y me arrancan alguna que otra sonrisa. Gracias por ser como sois y por aceptarme tal y como soy, con mis virtudes y mis defectos.

dimecres, 10 de març del 2010

Esta vida; loca y maldita vida

Reina la impotencia. Esa impotencia que aparece cuando ves que las cosas se te escapan de las manos. Y aparecen las preguntas: ¿Qué hice para merecer esto? ¿Qué hizo para mereces esto? ¿Por qué? ¿Qué hicimos? No es justo. Hablando claro, es una putada. Y empiezas a recordar todo lo vivido, todo lo que un día no pudiste apreciar, pero que ahora querrías repetir un millón de veces. Sacas fuerza de donde no la hay; la fabricas, la deseas, la imploras, la necesitas. Y esa impotencia va creciendo en ti. Y crece. Y crece. Y se hace inmensa. Y la impotencia se convierte en odio. Odio hacia eso que algunos llaman ley de vida. Buscas razones, pero no las encuentras. No busques más, no las hay. Querrías tener el remedio en tus manos. Querrías sentir que puedes mejorar las cosas; redibujar sonrisas, abrazos, besos, caricias, palabras. Pero por desgracia no puedes hacerlo. Solo puedes hacer una cosa; buscar esa fuerza que te falta, porque seguro que la encuentras. Tú sí. Y una vez la tengas, regálala a los que como tú también la necesitan, pero que a lo mejor no pueden encontrarla. Sé que esto no soluciona nada, que este montón de palabras no arreglan situaciones como esta. Pero no dejan de ser palabras con un único mensaje detrás; transmitirte fuerza, empeño, apoyo, pero sobretodo amor, mucho amor. Regala besos, abrazos, regala todo lo que puedas. Luego, si quieres, grita que necesitas todo lo que un día regalaste. No dudes en que allí estaré, allí estaremos. ♥

diumenge, 7 de març del 2010

¿El cambio climático solo se debe al factor humano?

El cambio climático está de moda. Científicos e incluso políticos hablan del tema sin cesar. Los humanos hemos abusado de los recursos de la tierra, la hemos maltratado, y como consecuencia antes de morir nos quiere castigar. Hoy seré yo la que expresaré mi opinión sobre el tema. En primer lugar, quiero que quede bien claro que soy consciente de que los humanos hemos abusado de madre tierra, pero pienso que esta no es la principal causa del cambio climático. Hay que tener en cuenta que durante la historia de la tierra se han producido varios cambios climáticos que han desembocado en cambios muy importantes. Por ejemplo, el paso del Paleolítico al Neolítico se produjo a causa de un cambio climático. En este caso, y explicado muy por encima, la temperatura global del planeta aumentó considerablemente, lo que marcó el paso de una economía cazadora-recolectora a una economía basada en la agricultura y la domesticación de animales. Actualmente, se está debatiendo si en fin del Antiguo Egipto también se debió a un cambio climático. De momento, parece ser que en efecto el cambio climático fue una de las causas. Y así podríamos seguir si hablásemos del fin de Imperio Romano o del paso de la Alta Edad Media a la Baja Edad Media. Evidentemente, puesto que no soy experta en Historia, ni científica, ni formo parte de esos políticos que se meten en todo con tal de no hacer su trabajo, no repasaré todos los cambios climáticos que han afectado al funcionamiento de la tierra durante miles y miles de años. Pero aún así, me gustaría decir que creo que estamos llevando este tema al extremo. Hoy en día, ser ecologista, respetuoso con la naturaleza e intentar disminuir las emisiones de gases a la atmósfera, se ha convertido en toda una tendencia. Que no se malinterprete lo que digo, pero por mucho que queramos hacer todo esto, seguimos siendo humanos cómodos que en el fondo, antes que pensar en madre tierra pensamos en nosotros y en los nuestros. No pondré ejemplos, cada uno que piense lo que hace para luchar contra el cambio climático, y luego piense en otras cosas que hace que ayuden al cambio climático. No digo que no haya que aprender a reciclar para reutilizar los materiales, ni que no se inventen nuevos combustibles; no, no digo esto. Tan solo digo que el cambio climático que estamos viviendo puede tratarse de un cambio climático causado por la propia naturaleza, porque como ya he dicho, cada cierto tiempo se producen cambios en el clima de la tierra. La tierra se vuelve loca, catástrofes como la de Haití lo demuestran. Pero frente a la fuerza de la naturaleza los humanos no somos nada. Repito, no penséis que no apoyo a los avances para reducir el cambio climático, lo que no apoyo es la demagogia barata con la que nos venden problemas que a veces no tienen solución, para que nos olvidemos de los que sí la tienen.

dissabte, 6 de març del 2010

A ti no te lo puedo contar

¿Qué querías decirme? Nada. No me mientas. No te miento, no quiero decirte nada. Perdóname, pero no te creo. ¿Qué te hace pensar que quiero decirte algo? Tus ojos. ¿Mis ojos? Sí, lo dicen todo, absolutamente todo. Pues entonces son ellos los que te mienten. Vamos, mujer, no quieras ser más dura de lo que eres. No me hables así, hieres mi orgullo. ¿Lo ves? No, no lo veo. Siempre haces lo mismo. ¿Y qué es lo mismo? Siempre te escondes. Nunca me escondo. Vale, tú a lo tuyo. Exacto, cada uno a lo suyo. ¿Nunca me vas a decir que te pasa? Es que no me pasa nada. Dime pesado pero… ¿Pero qué? Pues eso, que se que quieres decirme algo. ¡Pesado! Lo se, pero de aquí no me voy hasta que no hables. Muy bien, ¿quieres una silla para esperar sentado? No, no quiero una silla. Pues entonces vete ya. Ya veo que los días que te levantas cabreada, te acuestas cabreada. Sí, pero diciendo esto no has descubierto América. Lo se, no quiero ser el Otro Cristóbal Colón; ¿O fueron los vikingos? Vete ya, por favor. Sabes que no me iré. Me estás empezando a poner nerviosa. Lo se, es un don que tengo. ¡Pues tú, tu don, y tus imaginaciones que dicen que mis ojos te quieren decir algo ya os podéis ir a…! ¿A dónde? No te acerques. ¿Tampoco quieres que me acerque? ¡No, no quiero que te acerques! Me encanta verte furiosa, me resultas sexy y todo. ¡Basta! ¿Quieres saber que me pasa? Claro, llevo rato esperando. ¡Pues me pasa que… que… que me tienes loca! ¿Puedes repetirlo? Es que si chillas tanto no te entiendo. Me tienes loca. ¿Yo? Sí, tú. ¡Vaya, una mujer loca por mi culpa! Esto sí que me sabe mal. No seas imbécil. Vale, tienes un mal día. Sí, lo tengo, y si no paras de hacerme preguntas estúpidas aún lo jodes más. No son preguntas estúpidas. Mira, esto parece una conversación de locos. Y así será hasta que me digas que te pasa. Ya te lo he dicho. Me has dicho una bobada. Te he dicho lo que hay, y punto. Muy bien, me rindo, quizás algún día quieras decírmelo.

¿Querer decírselo? Pues claro que quería decírselo. Pero cuesta tanto decir: El problema eres tú. No es cosa mala, pero es que este amor me mata por dentro.