Una tarde económica

Después de leer dos artículos y parte de un manual de Hª Económica mis párpados han empezado a pesar. Y aquí estoy, en la biblioteca, sentada en una de esas mesas que parecen una carcelita. El sol se esconde y la luz de la lámpara es indispensable para poder leer; aunque ahora mismo necesite procesar toda la información en el cerebro. Hace aproximadamente un cuarto de hora, aprovechando un punto y a parte, he tenido la brillante idea de cojer mi monedero para tomar un café de máquina; simplemente para resucitar y de paso estirar un poco las piernas. Desgraciadamente, después de meter mi mano hasta el fondo de la mochila y no palpar el monedero , he recordado que se lo he dado a Blanca mientras comíamos para que lo guardase y, como siempre, he olvidado pedirselo. Así que me quedo sin monedero hasta que ella termine las clases. Nunca he deseado tanto un café como lo estoy haciendo ahora, ¿por que será que cuando no podemos tener algo lo deseamos aún más y más? Hª Económica me resulta una asignatura interesante, pero después de estar tres horas dándole a Malthus, los ciclos económicos, la renta, el feudalismo, entre otras cosas, tengo ganas de llegar a casa y (comerme un bocadillo de...) sentarme un rato en el sofá, comentar el día, cenar y meterme en la cama. Esta noche no he descansado mucho. Aunque he dormido sin interrupción, por culpa de un sueño rarísimo no he podido descansar lo suficiente. Así que os dejo pensando que dentro de siete días hay un examen que toca aprobar.

Larsson, Millenium, Larsson, Millenium...

Oye, ¿has leído la trilogía Millenium? ¡Es buenísima! Parece que últimamente esta es la pregunta obligada y el calificativoverypositivo es absolutamente necesario. Según Wikipedia, Karl Stieg Larsson es un periodista y escritor sueco. Saltó a la fama tras su muerte, con la publicación de la trilogía de novelas policiacas Millennium, formada por los siguientes títulos: Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire. Y con esta breve introducción al autor creo que no puedo hacer otra cosa que empezar a elogiar la primera novela de la trilogía; y me centro solo en la primera porque es la que estoy leyendo actualmente. ¿Qué pasa cuando abres el libro y empiezas a leer? Muy sencillo: Te enganchas completamente. El aviso que puedes encontrar en el libro, según www.evene.fr, es muy claro: Un consell: no comencis a llegir-la un diumenge a la tarda o acabaràs fregant-te els ulls i descobrint amb sorpresa que són les 5 de matí i que a les 7 has d’anar a treballar. La novel·la negra de la década. Sí, en catalàn. Mikael Blomkvist, Henrik Vanger, Lisbeth Salander, e incluso Harried Vagner, ya son de la familia. Esta novela ha causado tanta sensación en mí que la noche después de empezar a leerla casi no pude pegar ojo. Me desperté a las dos de la madrugada con la sensación de haber dormido al menos dos días seguidos, pero no, hacia poco más de dos horas que había cerrado el libro con la intención de continuar con la lectura al día siguiente. Pero allí estaba, perfecto, con esa historia en su interior que me quitaría más horas de sueño de las que yo me imaginaba. Analicé la posibilidad de sentarme en la cama y reanudar la lectura hasta volver a tener sueño, pero la descarté al pensar que a al día siguiente a las 7 de la mañana tocaba levantarse. Apagué la luz y me dormí. Cada día aprovecho los ratos libres para leer un poco más; se ha convertido en una nueva droga que no puedo dejar. En fin, quizá ya la habéis leído, de todos modos yo os cuento mi experiencia. Si por el contrario no lo habéis hecho, ¡os la recomiendo!

Me encanta que os divirtáis

Me parece increíble lo infantiles que llegáis a ser. ¿Pero sabéis que es lo mejor de todo? Que me río a vuestras espaldas. Me lo paso pipa imaginando el momento en el que me reiré delante de vuestra cara. Creedme, lo espero impacientemente. Supongo que lo que pasa es que el aburrimiento os mata, y como en la tele no ponen gran cosa y las noches en las que salís a cenar no tienen nada de especial os ponéis a hablar de temas ajenos. Pero no os cortéis, adelante, hablad de lo que os plazca; yo prefiero demostrar que tengo el cráneo lleno de algo más valioso que el serrín. Sois tan superficiales que me dais pena. Casi veinte años y especulando sobre temas que ni os van ni os vienen. Y lo mejor de todo es que vais por la vida elogiando vuestra madurez; ya me diréis cual. Mirad, todo lo que habéis dicho es mentira, pero me da pena saber que he compartido momentos con personas que le dan tanta importancia a algo tan simple. Por otra parte, si lo que habéis dicho fuese cierto, seguro que vosotras no hubieseis tenido el placer de aparecer en mis fantasías sexuales. Que quede entre nosotras, pero en mis fantasías sexuales solo aparecen hombres, y seguro que son demasiado hombres para vosotras. ¡Ah! Y seguro que si algún ejemplar de macho ibérico ha aportado su granito de arena a vuestra película él tampoco sería digno de hacerme soñar. Así que... ¿Queréis un consejo? Dedicaos a dirigir películas. Con la imaginació que tenis seguro que no os cuesta nada; y además el sueldo puede llegar a ser bueno y todo, esto seguro que os gusta. Prometo que iré a ver todas vuestras películas. Por último, quiero que sepáis que cuando queráis quedamos para hacer un café y hablamos sobre el tema cara a cara. Por mi parte creo que es mucho más honesto; con vuestra parte ya no me meto. Me encantará aclarar algunas cosas y deciros a la cara que me habéis caído muy bajas. Que os vaya bonito y no olvidéis llamarme cuando la madurez llame a vuestra puerta.

Esta noche dormiré como un bebé

Hoy, 14 de octubre, ha sido un dia agradable y cansado. A la seis de la mañana ya estaba dando vueltas en la cama. La verdad, creo que he pasado la noche soñando con Australopithecus, Parantrophus y Homo ergasters. Nerviosa por el examen de Prehistoria me he levantado sin decirle a mi madre que me dejase dormir un cuarto de hora más. Hasta ella se ha sorprendido. Después de desayunar, ducharme y vestirme me he sentado en el sofá intentando olvidar el dichoso examen. Y entonces me he dado cuenta que hacía meses que no notaba esa sensación de agobio y que esta vez echaría en falta la puesta de nervios en común con mis compañeros de años atrás. A las ocho he salido de casa dispuesta a coger el bus que me llevaría hasta Lleida, donde andaría un poco hasta llegar a la cafetería de la facultad para tomarme mi café con leche y empezar el día con buen pie. No sin antes coger el ejemplar gratuito de La Vanguardia que me encuentro cada mañana nada más entrar en el edificio. Una vez en clase, la profesora ha empezado a repartir el examen, o mejor dicho el ejercicio, como ella misma ha dicho. Al parecer, el supuesto examen ha resultado ser una simple prueba autoevaluada, aunque los contenidos eran los mismos que en un examen. Después del ejercicio, media hora de descanso para recuperar fuerzas y de paso despejar la cabeza para la práctica de Hª Económica i Social. A las 14:30 mi estomago pedía comida a gritos. Obedeciendo a nuestros estómagos hambrientos, una compañera y yo hemos comido en un Bar cerca de la Facultad, donde hemos conversado agradablemente. La conversación se ha hecho tan amena que cuando nos hemos dado cuenta ya eran las 16:20; hora de ir al laboratorio de Arqueología para convertirnos en algo parecido a dos arqueólogas. Es decir, los miércoles dejo a un lado las practicas de coche. Mejor, así los peatones tienen un día más para andar tranquilos por la calle, sin el temor de que una chavala rapada al 4 y al 3 se los lleve por delante. Después de dos horas limpiando cerámica, huesos y buscando pequeños elementos fosilizados entre las muestras extraídas de los yacimientos he dicho adiós y he cogido el bus para volver a casa. En definitiva, un día movido y aprovechado hasta el final. Que gusto da acostarse después de un día como este.

Otro día a oscuras

Hay que ver cuanto te extraño. Extraño tus andares, tus pocas pero importantes palabras, tu inocencia escondida tras tu madurez, tus gestos, en definitiva, todo tu. Y entre lágrimas y recuerdos van pasando las horas; estas malditas horas que últimamente pasan muy despacio. Estos días he perdido de golpe las ganas de comerme el mundo, las ganas de andar por la vida pisando fuerte. Y aunque sé que esto viene a días no puedo evitar preocuparme. Confío en que cuando por fin me desahogue como es debido todo volverá a tener color. Las noches que hasta ahora recibía con los brazos abiertos se están convirtiendo en algo parecido a un corredor de la muerte. Se abalanzan sobre mí recuerdos y más recuerdos, que a pesar de ser hermosos me duelen por la sencilla razón de que solo son eso; simples recuerdos que a veces se ven distorsionados por imágenes que brotan de mi domesticada imaginación. Con el paso de los días puedo afirmar que saber que no puedes tener algo no quiere decir que lo dejes estar. Lo curioso es esto, que aunque sé a la perfección que tenerte es algo imposible, me aferro a ti como si fueses el faro que me guía en este inmenso mar. Y me sorprendo aun más cuando me percato de que en realidad es así; eres ese punto que está en todas mis metas, a las cuales no dudéis que llegaré. Y a todo esto como le llamamos? ¿Locura? No. Prefiero llamarle amor cubierto de una fina capa de masoquismo.

Lo siento Felix, parece ser que no he hecho caso a tu petición y el post de hoy sigue en blanco y negro. Te debo un post a todo color.

Hoy no existen los colores

Con el paso del tiempo corres el peligro de convertirte en algo parecido a un psicólogo personal. Normalmente, disfruto escuchando y ayudando a quien lo necesita, pero hay veces en las que creo que en ocasiones doy demasiado a quien no lo merece. Todos tenemos días en los que lo vemos todo completamente negro, y en esos días necesitamos más que nunca una mano amiga que nos levante del suelo. A medida que voy creciendo me voy dando cuenta que amigos de verdad hay pocos. En la infancia todo sirve, pero a medida que vas creciendo necesitas saber que las personas que tienes a tu alrededor son de fiar. Precisamente hoy es uno de esos días negros, y sé perfectamente que es lo que me falta y también lo que me sobra. Seguramente hoy se darán cuenta de mi día oscuro pocas personas, las más allegadas quizás. Quizás hoy alguien empezará a contarme sus penas sin darse cuenta que hoy no me apetece escucharle, pero le escucharé, o al menos lo intentaré. Por suerte, en los días como hoy también sé darme cuenta de que hay personas que me quieren en lo bueno y en lo malo y que no me ven como un psicólogo personal de usar y tirar. Precisamente por eso les doy las gracias. Aunque no soy una persona de mostrar mis penas me gusta que en los días oscuros exista alguien en el mundo capaz de decirme algo que me haga ver un poco de luz al final del túnel. La verdad, ya no sé que hacer con los días negros, últimamente aparecen más que antes, y aunque Edurne siempre tiene una sonrisa para los demás y es partidaria del cachondeo a veces se ve cubierta por una nube que no para de llorar.

Y las aguas se tiñeron de rojo

Hay tradiciones francamente crueles. Ya desde un principio aviso que las imágenes que podréis ver al final de este post son bastante duras. Hoy dedico un poco de mi tiempo a escribir sobre un tema que me repugna. Se trata de una degradante tradición de Dinamarca, la cual consiste en matar delfines calderones. Cada año se celebra en las islas Feroe una matanza de dichos animales para celebrar que los más jóvenes pasan a ser adultos, es decir, para convertirse en un buen adulto tienen de golpear y perforar, sin escrúpulos, a un pobre animal indefenso hasta que este muera desangrado. Me parece vergonzoso que la mente humana pueda llegar a protagonizar actos como este. Por más que lo pienso no me imagino que puede tener de interesante ver como unos cuantos descerebrados, por no llamarles de otro modo, matan a estos pobres animales. Si quieren celebrar el paso a la edad adulta lo pueden hacer con bailes, con banquetes, con fiestas, con conciertos, ¡con lo que sea!, pero no matando animales. Sin embargo, ignorando la crueldad de la fiesta, las playas se llenan de personas que observan atentamente como sus niños se convierten en hombres. Simplemente, patético. ¿Hasta donde llegaremos los humanos? Quien sabe. Quizás no pararemos hasta destruirlo todo. Quizás algún dia todo se volverá en contra nuestra y entonces centraremos la cabeza. La verdad, después de ver estas imágenes ya no me sorprende nada. Y cuando digo nada es NADA.

¡No quiero Dr. House sin Hugh Laurie!

Dr. House M.D es, según mi opinión, una de las mejores series que se emiten hoy en televisión. En España la emisión de la sexta temporada se iniciará el martes 27 de Octubre, a las 22:20 en FOX, y estoy segura que será un autentico bombazo. El final de la quinta temporada ya me dejó impresionada; la mirada de Gregory House entrando en la clínica de desintoxicación me dejo con la intriga de qué pasaría en la próxima temporada. Acostumbrada a que los productores de la seria nos sorprendan con nuevos fichajes o con nuevas ideas estoy preparada para todo. Aunque por lo visto los productores no son los únicos que llegan con sorpresas. Mi querido Hugh Laurie, el gran Dr. House, ha informado a los productores que si no terminan con su cojera en la ficción él dejará de interpretar al cínico doctor. Por lo visto la enfermedad que padece su personaje le está empezando a afectar a él; el sobreesfuerzo de sus rodillas y caderas le están empezando a pasar factura. Me considero una fanática de la serie, pero soy consciente de que, a la larga, todas las series cansan. Ahora la nueva temporada llega con algo nuevo, el Dr. House pasa a ser el propio paciente después de ser internado en una Clínica para alejarlo definitivamente de la Vicodina. La nueva temporada promete, pero espero que los productores escuchen el aviso del actor y vayan reduciendo gradualmente su cojera hasta que podamos ver al Dr. House sin bastón. Es cierto que parte del atractivo del Dr. es su cojera, pero también es cierto que sin Hugh Laurie la serie no sería lo mismo. Y no lo digo porque crea que no existen actores capaces de interpretar al Dr. más borde de la televisión , sino porque soy extremadamente cabezona y sé que no voy ha encontrar en otro las gracias que le encuentro a él. Es más, seguramente los lectores de este Blog sabréis que adoro a Hugh Laurie y a su personaje, así que no me lo cambien. Pues bien, sé que con este post no conseguiré que los productores eliminen la cojera, ni tampoco que Hugh Laurie cambie de opinión, pero de todas formas aquí os dejo por escrito lo que opino. ¡Larga vida a Hugh Laurie en la piel del Dr. House!

ÚLTIMA HORA: ME ACABAN DE INFORMAR QUE HUGH LAURIE HA DESMENTIDO TODO LO DICHO. ASÍ QUE, ¡HUGH LAURIE PARA RATO! Gracias Rocío! :)

En busca de algo (im)posible...

¿Sabéis una cosa? Estoy cansada de formar parte de una sociedad tan superficial como la nuestra. Cansada hasta tal punto que me da vergüenza andar por la calle y encontrarme con situaciones que me parece vergonzoso que aun se vivan en pleno siglo XXI. Presumimos de avanzar pero, personalmente, a veces creo que vamos marcha atrás. Me repugna la gente superficial que solo se fija en las apariencias y en nada más. Se afirma que la sociedad del siglo XXI es abierta de mente, con ganas de avanzar; pero aun se señala con el dedo y con cara de asco a los homosexuales. Aún se sueña con parecer un maniquí de ropa, siempre perfecto, con la ropa bien ajustada. Muchas veces se margina a las personas que son diferentes. Y se les margina sin saber que detrás de un look peculiar o unas tendencias distintas a las nuestras es posible que se esconda alguien encantador. Alguien que a pesar de ser distinto es igual que tú. Se llega a calificar las personas según su estilo a la hora de vestir o, simplemente, según las marcas que lleven. La belleza ideal, e irreal, aún sigue siendo la esencia de la vida; no serás feliz hasta que no te parezcas a las chicas y los chicos Supermodelo además de tener, claro está, un rostro perfecto. Lo peor de todo es que muchas veces aún se ignoran los programas para editar fotos, con los cuales se pueden hacer auténticas maravillas y convertir seres humanos en auténticos dioses. Aquí teneis un ejemplo:

Que quede claro, la perfección no existe. Y si alguien la encuentra que me la presente. Con este post no quiero ofender a nadie, ni mucho menos, disculpadme si alguno de vosotros se ha sentido ofendido. No era mi intención. Mi única intención es exponer mi opinión sobre las tendencias de la sociedad actual. Evidentemente, sé que todo el mundo no es igual, que hay gente que busca mucho más y no se queda solo con lo superficial, aún así no puedo evitar encenderme cuando me doy cuenta de que hoy en dia enseguida se clasifica todo, absolutamente todo. Así pues, ¿por que no intentamos construir una sociedad más tolerante? Mientras, los que queráis, podéis seguir mirando esta Utopía que ojalá algún día llegue.

Otro día más...

Las horas pasan y cada día es más o menos igual. Hoy me he levantado temprano; mañana también. Al bajar del Bus he visto el mismo hombre de cada día. Posiblemente mañana también le veré, con sus dos mochilas repletas de ropa y cacharros, con la esperanza de encontrar algo en el suelo para comer. Como cada día, los semáforos peatonales se pondrán rojos cuando esté a escasos metros del paso de peatones; pero no me quejaré porque esperar siempre se me ha dado bien. Mañana las horas se pasarán más o menos rápido, mientras escucho contenidos ciertamente interesantes, porque nuestra Historia es interesante. Probablemente, a media mañana, me tomaré con toda la tranquilidad del mundo mi zumo de melocotón. Por la tarde, después de hacer mi hora de prácticas de coche en la Autoescuela me iré a la Biblioteca del pueblo; donde entre pasos sigilosos, y también pasos ruidosos, intentaré pasar apuntes y leer algún que otro texto de Hª Económica i Social. Y ya será todo un logro no cruzar la mirada con alguien indeseable o malgastar palabras con personas inútiles. Finalmente, cuando me apetezca me meteré en el sobre i encenderé mi Mp3 para escuchar alguna canción melancólica que me recuerda a cierta persona; que le voy a hacer si soy sadomasoquista. Y entonces, cuando los párpados empiecen a pesarme, me taparé completamente y me dormiré. Y así pondré punto y final a un día más de mi vida; quizás distinto, quizás igual que todos, pero al fin y al cabo no deja de ser un día que ya jamás volverá. En mis manos está hacer que mañana sea un día distinto a los demás; un nuevo día que me señale que llega un buen fin de semana para desconectar y para disfrutar.