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Hoy me gustaría poder-te decir que tengo ganas de que me enseñes a ver que lejos de tu presencia también hay vida. Hoy, más que nunca, te he echado de menos. Quizás sea porque estos días no estoy al 100%, o quizás porque el tiempo está loco y la lluvia siempre me ha afectado poco o mucho. Hoy quisiera que vinieras con una pizarra debajo del brazo y una cajita de tizas de todos los colores. Quisiera que escribieras en rojo alguna cosa que me hiciera abrir los ojos definitivamente, alguna cosa que me hiciera pensar: Edurne, o me olvidas o nunca serás capaz de querer a otro de verdad. Me gustaría que con el color azul escribieras bien grande en la pizarra: Nunca te he odiado, cosa que yo ya sé, pero que me gustaría ver escrito con tu letra. Desearía que utilizaras el color verde para ayudarme a pensar que algún día encontraré a alguien que me llenará como yo quiero; me gustaría que tu escritura me ayudase a no perder la esperanza. Finalmente, me gustaría que utilizases el color blanco, aunque no sé exactamente para que. No sé que me gustaría que me dijeses, ni tan siquiera sé que querría decirte yo. Hoy, más que nunca, me he dado cuenta que olvidar a una persona que has querido durante mucho tiempo no es tarea fácil. Es por eso que hoy me doy rabia a mi misma. Rabia porque todas las veces que lo he intentado y he pensado que lo había conseguido he terminado cayendo de nuevo. Yo ya no sé que hacer. Y sé que me costará mucho tiempo, porque ni enamorándome de nuevo he podido olvidarte definitivamente. Siempre he acabado volviendo a tu nombre, siempre he acabado volviendo a tu recuerdo.