A Marta y Blanca

Posiblemente no sean perfectas, pero yo las quiero igual. Las conocí casi por casualidad, por circunstancias de la vida, y des de el primer momento supe que junto a ellas podría cultivar una bonita amistad. Sí, ellas son de aquellas personas que con tan solo verlas sabes que se quedaran en tu vida por mucho tiempo. Por separado son geniales, pero las dos juntas se convierten en una auténtica joya. Se complementan tanto que me resulta imposible pensar que algún día sus caminos se separen, del mismo modo que me cuesta imaginar mi vida sin su candor, sus palabras, sus consejos o sus muestras de aprecio. Las quiero, y aunque decir esto siempre me ha resultado complicado, me gusta pensar que ellas ya lo saben. El hecho de andar por la vida acompañada de personas como ellas es lo que te hace ser alguien mejor. Saber que quieres y eres querida, que harías cualquier cosa por ellas, como ellas lo harían por ti y que esta relación te muestra el verdadero valor de la amistad. Y aquí estamos, superando baches que nos demuestran que la vida no es fácil, pero en el fondo todo se hace más llevadero en buena compañía. Yo solo quiero que sepan que quiero que estén junto a mí durante todos estos años, porque sí, porque las necesito de verdad, porque junto a ellas la vida tiene otro sabor. Y aquí termina mi post, un post que necesitaba dedicarles porque, entre otras cosas, les debo centenares de palabras que quizás nunca me atrevería a decir si no fuera por escrito. Os quiero.

Aunque casi nunca os lo diga

Más o menos como el nuevo Kia, renovada por dentro y por fuera. Así estoy, con ganas de empezar algo nuevo, aunque no sé muy bien el que. He invertido la mayor parte del fin de semana, entre otras cosas, en pensar y reflexionar, y parece que ha dado resultado. He solucionado algunas dudas y me he propuesto dejar de comerme el tarro por ciertas cosas. Y aunque no todo esté resuelto, me siento como hacía tiempo que no me sentia: Llena de energía. Y la verdad es que ¡bienvenida sea!, porque con los exámenes a la vuelta de la esquina necesito mucha energía, a parte de la que me dará la caja de pequeñas dosis de jalea real. Hay muchas cosas que influyen en este estado de felicidad y de energía, es por eso que solo me queda desear que todo esto dure mucho. Quizás el sol haya dado resultado y a parte de dorar poco a poco mi piel también haya depositado en mí energía positiva. O quizás todo esto se debe a que durante estos días no he dejado de pensar que tengo suerte de conocer a gente realmente maravillosa. Sí, puede que sí, porque he pensado en todas y cada una de las personas que me hacen sentir feliz y me roban, de vez en cuando, alguna que otra sonrisa. A todos ellos, les quiero por ser como son y por aparecer en mi vida en el lugar y el momento oportuno.

Esperando

Mientras la cena se enfriaba en la mesa, tan solo deseaba ver como su mujer aparcaba el Mercedes en la acera de enfrente. Curiosamente, aquella noche el comedor le parecía inmenso; demasiado tarde para estar solo en casa. Eran las diez y media y aún no había llegado. Ni una llamada, ni un mensaje. Y ante tal carencia de información su cabeza se llenaba de fantasmas. Sabía muy bien que nunca había sido una mujer de un solo hombre, pero quería pensar que a él jamás le sería infiel. Aunque quizás eso era pedir demasiado, teniendo en cuenta que ya era el décimo de su larga colección.

La musa de la noche

Ruido de motores. Ruido de gente hablando en la calle. Ruidos que entorpecían el agradable sonido de la noche. Y entre tanto ruido, paz. Por fin estaba tumbado en la cama. Por fin había llegado la hora; la hora de tener tiempo para él solo, la hora de descansar y poder dormir en paz. Como casi siempre, antes de dormirse, invertía un buen puñado de minutos pensando en lo que últimamente más le torturaba. Y de repente, esa tortura se iba moldeando hasta que tomaba forma de placer, porque, en realidad, pensar en ella era sinónimo de felicidad, de éxtasis, de pasión. Ella, esa mujer que le traía por el camino de la amargura, con esa sonrisa inocente, esos ojos perfectos para perderse en ellos, ese carácter que le había impresionado desde el primer día. Ella, la que siempre tenía una sonrisa para regalarle, aunque solo fuese en la distancia. Ella, esa musa condenada a ser siempre solo eso, su musa y nada más. Cuantas noches había ensayado decenas de conversaciones que jamás llevaría a cabo. Nunca se cansaba de hablarle, aunque en el fondo sabía que ante ojos ajenos actuaba como un loco. Pero nada de todo eso le importaba, quizás los otros nunca tendrían el placer de amar como él lo hacía. Y como si nada, tanta paz y tanto placer le obligaban a sumergirse en un reconfortante sueño. En ese instante, su musa se convertía en su amante.

Puede que me complique un poco

Nunca he deseado una relación seria. Nunca. Nunca he dicho eso de: Necesito un novio. Me deprime ver que estoy soltera. Nunca. Pero supongo que esto es porque siempre me enamoro de quien no toca, es decir, de quien no puede ser mi novio ni puede ofrecerme una relación formal. En realidad, supongo que estar con la persona a la que quiero me haría muy feliz, pero gracias a…mis padres, eso es, mis padres se llevan el mérito; tengo la cabeza bien centrada. Este pequeño, pero importante, detalle facilita un poco las cosas, puesto que al menos no caigo en el abismo pensando que jamás tendré todo lo que quiero. He de reconocer que ser soltera no me deprime. ¿Como me va a deprimir? Hago lo que me apetece sin dar explicaciones a nadie y me recreo la vista donde y con quien me da la gana, sin oír eso de: ¡Oye! ¿Se puede saber que miras con esa cara? Si que a veces me jode pensar que nunca podré tener a quien me gusta, pero puede que en realidad sea mejor así. Esto es lo que pasa cuando una se fija en lo que no abunda, en lo que es poco habitual y muy especial. Puede que esta manía de estar mirando continuamente el interior me lleve a la ruina. Desgraciadamente, caigo rendida ante quien logra llamarme la atención, aunque me cueste reconocerlo y esto hiera mi orgullo. Pero bueno, a lo mejor el año que viene os sorprendo con un novio despampanante, o a lo mejor hago caso a las malas lenguas, perdón, matizo: a lo mejor hago caso a las hipócritas, ignorantes, inútiles, bobas, descerebradas e imbéciles malas lenguas y me convierto en lesbiana. Pues bueno, todo será cuestión de pensarlo un poco. A lo mejor me hago una lista con pros y contras. Por cierto, pido disculpas por la enumeración un tanto fuera de lugar, pero es lo que hay. Y pensándolo bien, le voy a poner punto y final a este post. Veo que me voy calentando y ahora mismo no tengo ganas de ponerme borde y sarcástica, que luego me voy del tema. Pues nada, os dejo hasta que vuelva mi inspiración.

"Tengo un amor perdío y otro que está escondío"

Relatar el principio no puede ser tan complicado, aunque últimamente, por mucho que lo intente, hablar de ti me queda grande. Estos días hablo de mucho y de nada a la vez, intento escribir frases que me acerquen a ti, pero como ya agoté la mayoría de las metáforas para ocultarte ante ojos ajenos no sé que decirte. También puede ser que todo esto me pase por culpa de tanta gente que me da tanta pena, que buscan problemas en cualquier tema y me marean, me despistan, me bloquean, me envuelven en un rollo que ya no hay quién se lo crea. O porque me pode de mala leche pensar que en la calle se oyen demasiados llantos, por no decir que todos los gobiernos están llenos de gusanos. Pero lejos de estos temas que también me gusta tratar, hoy tengo la necesidad de decirte que tengo ganas de quererte, de robarte y de timarte. He de reconocer que no me importa decir lo que todos ya saben, que no me importa repetirme, rallarme, decir siempre lo mismo. Yo solo quiero que sepas que mientras me aguanten los huesos, yo quiero seguir cantando, quiero estar cerca de ti lo mas lejos a tu lado. Si tuviera ocasión de agradecer tu encanto lo haría una y otra vez, sin cansarme, porque tengo la necesidad de decirte que las gracias te las tengo que dar por el simple hecho de aparecer en mi vida. Sé que yo no tengo nada para impresionar, ni por fuera ni por dentro, pero te juro que movería montañas solo para hacerte feliz. Puede ser que al principio de todo pensara que solo te quería por puro morbo, puede que día tras día me dijese a mi misma: La verdad es que me interesa solo porque está prohibido. Pero hoy puedo decirte que te quiero de verdad, por lo que eres, por como eres, a pesar de todo, y porque sencillamente te quiero. Y espero que me comprendas, porque ¿como quieres que no te quiera si te quiero sin querer? Y aunque se que nuestra historia es la que nunca pudo ser, nunca me he dado por vencida, no por esperar nada, sino porque solo amándote ya soy alguien mejor. Aunque si me permites soñar, quiero que sepas que trataré de llevarme imágenes que me harán la espera soportable; esa espera que por desgracia nunca llegará a su fin. Para terminar, quizás un tanto cursi, quiero que sepas que te necesito aquí, cerca de mi, muy cerca de mi, muy cerca. Te necesito aquí, verte feliz, que vuelvas por mi, que vuelvas para quererme, cuidarme, acostarme, hablarme y darme la mano o un beso o un regalo. Verte conmigo, sentirte conmigo y decir que te espero que te hecho de menos. Quiero entender mi vida sin ti, saber que puedo amar a alguien más aún guardándote en algún rincón de mi corazón.

* Las oraciones en cursiva pertenecen a trozos de canciones.

Tormenta inesperada

Bonito día. Unas cuantas nubes en el cielo pero con predominio de sol. Decido salir al porche de madera con el portátil para cambiar un poco de aires. Todo bien. Veo como poco a poco se va nublando el cielo. Algún que otro trueno a lo lejos, pero tranquila, no parece que vaya a llegar una fuerte tormenta.
Y de repente empieza a llover. Desenchufo el portátil de la luz, así avanzaré más si por alguna circunstancia me toca correr. La lluvia sube de intensidad. Pues vaya, ya no me puedo mover del porche porque sino se va a mojar el portátil. Pero aunque esté a cubierto el aire hace que algunas gotas lleguen hasta mí. Me mojo. ¿Granizo? ¡Granizo! Pensándolo bien, me arriesgo y me mojo. Lo que está claro es que no me quedaré en la calle viendo como las piedras caen como mini misiles. Pero ya se sabe, no hay Festa Major de Lleida que no esté pasada por agua.

Oprimidos opresores. Israel ahoga a Palestina

Es cierto que cuando escuchamos el concepto de Apartheid, la mayoría de las veces, pensamos en Sudáfrica y en la segregación racial que sufrió por parte de los colones ingleses durante la primera mitad del siglo XX. Pero creo que es necesario saber que hoy en día, en pleno siglo XXI, existe otro apartheid sobre la faz de la tierra del cual habría que informase mucho más. Todos conocemos el conflicto entre el pueblo de Israel y Palestina, todos hemos visto centenares de imágenes que nos resumen lo que ocurre a miles de kilómetros, pero detrás de lo que nos enseñan los medios de comunicación hay escondida una doble ración de política e historia que marca la vida de los opresores y los oprimidos.
Es cierto que conocía el conflicto entre israelinos y palestinos, pero anteayer, después de hablar sobre el tema con Blanca, y después de haber visto, ayer por la noche, el documental Mes enllà del Mur. Cançons contra l’apartheid, me di cuenta de que es necesario que la gente conozca a fondo la represión que vive el pueblo palestino.
Més enllà del Mur. Cançons contra l’apartheid, es un documental realizado por la Xarxa d’Enllaç amb Palestina, lanzado al mercado en el último número de la revista catalana Enderock. En este documental, Cesk Freixas, Obrint Pas, Pau Alabajos y Nabil Mansour, nos explican la experiencia de viajar a Palestina para apoyar al pueblo oprimido con su música. Se trata de un documental muy interesante en el que podemos aprender mucho sobre el tema, a través de imágenes, algunas de ella escalofriantes, y a través de las declaraciones de los propios músicos y otras personas vinculadas a la Xarxa d’Enllaç amb Palestina. Es un documental que te hace pensar, que te hace reflexionar sobre lo que significa que un pueblo siempre oprimido por la historia ahora esté haciendo lo mismo con el pueblo palestino. Desde 1949 el conflicto ha ido aumentando y hoy en día es inevitable preguntarse si el apartheid caerá por su propio peso o el pueblo palestino se revelará con una nueva Intifada. Sea como sea, Palestina vive aislada detrás de un muro de ocho metros de altura. Muro que demuestra que la raza humana no aprende del pasado ni del dolor; muro que ojala algún día derriben para demostrar que la creación de un estado democrático no tiene porque ser una utopía.

Gracias por todo

Día 5 de Mayo. Hoy visito mi instituto y a las personas que me dejé dentro. Hoy afirmo que, aunque ya hace casi un año que me fui para empezar una nueva vida en la Universidad, siempre recordaré con cariño mi paso por este instituto. Quien me iba a decir a mí que acabaría escribiéndole textos, a él y a algunos de los que me dejé allí, a los cuales jamás olvidaré. Puede parecer cursi, pero es que aprendí tanto entre esas blancas paredes. Entré siendo una niña y salí hecha toda una mujer; con expectativas, con deseos y, aunque parezca extraño, con ganas de volver. Me he adaptado con facilidad a la etapa universitaria, pero, hoy, al entrar de nuevo por la puerta, he vuelto a sentir ese nosequé que hace que le recuerde con cariño. Y, precisamente, aprovechando la visita de hoy, me apetece dedicar un post a quienes me han enseñado tanto: mis profesores. Es cierto que hay algunos que solo son esto, profesores, pero hay otros que se han convertido en personas verdaderamente importantes. A ellos, a todos los que me han enseñado mucho más de lo que les tocaba, muchas gracias. Es por eso que de vez en cuando necesito visitarles; para explicarles que tal va todo, para saber que están bien, para sorprenderme más y más con sus anécdotas. Pero, sobretodo, para ver que ante todo son personas, no solamente esos seres que tantas veces hemos mirado con miedo, porque en sus manos tenían parte de nuestro futuro.
En mi mente guardo momentos que jamás olvidaré, por mucho que pasen los años, por mucho que la vida me lleve lejos, por mucho que el paso del tiempo quiera que les olvide. Y es curioso como cada vez que les visito me voy de allí con la sensación de que nunca les podré agradecer todo lo que han hecho. No, no podré hacerlo, siempre me dejaré algo por el camino, pero mientras tanto quiero que sepan que ya son parte de mí. Que les quiero por ser como son.

Dejad respirar. Gracias.

Definitivamente, creo que la gente es gilipollas. Estáis delante de uno de esos posts poco elgantes y muy bordes a la vez, os pido disculpas, pero hoy es lo que hay.

Hay cosas que no me entran en la cabeza, como por ejemplo el hecho de que la gente haga preguntas estúpidas. A mi modo de ver, creo que hay preguntas que no hace falta ni formularlas. Es decir, si vemos a alguien que acaba de recibir un fuerte golpe por parte de la vida, no hace falta que le preguntemos cada dos por tres: ¿Cómo estás? ¡Coño! ¿Cómo va ha estar? ¿Preparando una fiesta? ¡Vamos hombre! Siempre es bueno demostrar que estás ahí para lo que haga falta, pero hay una gran diferencia entre demostrar que estás ahí y entre demostrar que eres un pelma que siempre tiene que ir por la vida montando un espectáculo. Les felicito por sus dotes artísticas, pero oye, en mi pueblo el teatro se hace en Lo Casino y no en la calle. Es que de verdad, hay cosas que me pueden. Yo no se porque cojones la gente es tan pesada, y corta a la vez. No hace falta preguntar cada día lo mismo, ni machacar con comentarios estúpidos a quien tiene agallas para afrontar los problemas. Por favor, que dejen de ser tan pesados y se dediquen a ayudar de verdad, si quieren, sino que se callen de una puta vez. En fin, creo que ya lo he dicho todo, o al menos lo que me ha pasado por la cabeza durante estos últimos 10 minutos. Es que llegamos a un punto en el que esto cansa. Y mucho.

Adelante

Quizás nunca entenderemos porque pasan ciertas cosas, porque a veces la vida es tan injusta. Quizás siempre nos preguntaremos donde demonios se esconde la justicia, porque nunca demuestra que existe. O quizás culparemos de todo lo malo a algún ser que nunca hemos visto, pero que algunos dicen que nos vigila des de el más allá. Sea como sea, a veces la vida nos da golpes, y frente a ellos lo único que debemos hacer es no rendirnos. No creo que la vida sea justa. Y no lo creo porque a medida que van pasando los años más me lo demuestra. Creo que tiene un pacto cruel con la muerte; un pacto con el que no estoy nada de acuerdo. Si la vida fuese justa no habría tanto hijo de puta suelto por el mundo, no pasarían ciertas cosas y no nos dejarían personas que merecen estar mucho más tiempo a nuestro lado. Estos días odio a la vida, puesto que creo que a veces no sabe defender y proteger a quien se lo merece. Odio a la muerte, por todo el egoísmo que demuestra poseer. Y, por si acaso es cierto que está en algún lado, odio a ese gran padre todo poderoso, por no saber defender a "sus hijos" y por ser tanto o más egoísta que la muerte. En definitiva, odio a los tres por castigar a las personas que yo quiero. Pero des de aquí les anuncio que esta vez se van a joder. Esta vez les desbancará nuestra amistad y la voluntad de quienes nunca se van a derrumbar.

"Hi ha una veu que em crida en la tenebra clara de més enllà del gual"

Porque aunque quiera decir muchas cosas, hoy no me salen las palabras. Tan solo puedo decir que estamos y estaremos siempre aquí.

"Del llim d’aquesta terra amarada de plors

el meu anhel es desarrela.

Morir deu ésser bell, com lliscar sense esforç

en una nau sense timó, ni rems, ni vela,

ni llast de records!"

Dolç àngel de la mort - Màrius Torres